lunes, 15 de abril de 2013

El nuevo uniforme...

   Señores, puedo preguntarles algo?...ustedes llevan uniforme en su puesto de trabajo?
Yo he llevado de todo tipo...desde muy feos a normales.
   Esta bien, les explicaré cómo era el muy feo. Falda de tubo, (comprada por mi, puesto que la otra era tremendamente fea), camisa color...color cera y una chaqueta roja. Roja señores. No les digo nada y se lo digo todo.
Nooooo...no crean que son capaces de imaginarla, no. Era muy fea. Tan fea que cuando venía algún conocido a mi puesto de trabajo, me escondía.
   Después trabajé en una conocida tienda de lencería, (lugar donde conocí a mi gran amiga E), donde los uniformes eran más normales.
Cuando llegué, como la chica a la que sustituí se llevó su uniforme, me dieron ropa de la propia tienda, un pantalón con bolsillos cargo...(no E, no voy a decir nada acerca de los pantalones cargo...PERO....(y lo sabes))...y varias camisetas...
Pantalones que como tuvo a bien señalar mi jefa, me quedaban un poco pequeños...(miren a ver si se podía ser más grosera)... En menos de un mes, y gracias al "estupendo" horario que tenía, literalmente los pantalones se sujetaban por los huesos de mis caderas...(eso tampoco le parecía bien)...
   Después trabajé en una tienda de un conocido diseñador español, donde iba de riguroso negro.
Ese es el uniforme perfecto. Elegante a la par que discreto.
  Tras un breve período de tiempo, comencé una nueva andadura en el triangulito, en una boutique de ropa de niños. Aquí cambiábamos el uniforme como las colecciones, cada seis meses.
No, no crean que esto era una ventaja, no. La única ventaja fue que conocí a personas maravillosas...(Y, MI, T, A)...y que trabajé en un lugar estupendo...pero los uniformes eran harina de otro costal... 
El primero que llevé era...en fin...cómo definirlo?...éramos como el grupo Parchís. Íbamos cada dos días con un color distinto de suéter...sólo les digo que la primera semana llegó mi gran jefe G y me dijo, te has cambiado el uniforme?, y yo, no, es que los miércoles voy de verde. Ante su sorpresa, le expliqué que lunes y martes íbamos de azul, miércoles y jueves de verde y viernes y sábado de rojo. Es broma?, me dijo...Sí...eso hubiese querido yo...que fuese broma.
Después llevamos unos pantalones horribles de rayas, con camiseta verde camuflaje.
A este uniforme le siguieron otros, pantalón marrón y camiseta roja...parecíamos un helado de fresa y chocolate. Camisetas verdes y moradas con pantalones negros, y otro compuesto por una camiseta rosa tipo algodón de azúcar y para el fin de semana una camisa blanca, cuyo escote dejaba bien poco a la imaginación. A los padres les encantaba.
Después llegó el negro riguroso...probablemente porque mi jefe de firma estaba harto de oírme...y decidió que lo mejor era que fuésemos de negro y yo me callase...(tal vez no por ese orden)...
   Tras un breve período de tiempo en otra tienda de niños donde el uniforme era aceptable, he vuelto al triangulito, donde hemos hecho lo más coherente, volver al negro.
Hasta ahora.
   Señores, el viernes fui a comprarme el nuevo uniforme. Afortunadamente, es azul marino.
Pero...empiezan los dramas. Aaaaay...como lo saben...
   Me personé en la tienda dispuesta a reservar el nuevo uniforme.
"No tenemos nada de eso", me dijo una chica que no era capaz de comer chicle con la boca cerrada...

Una hora después, mi compañera salía de la misma tienda con las presuntas prendas que no existían en la hora previa.
   En un nuevo turno, distinto al de la chica que no sabía que los chicles se comen sin que los demás demos cuenta de ello, continúan los dramas.
Claro...continúan porque una va a comprar el uniforme completo...y siempre falta algo.
   Y así fue. Yo llegué a la tienda, me compré el blazer, me compré el pantalón...pero no habían camisetas. "Voy a mirar en qué tiendas hay", dijo la dependienta. Así que, fui a la tienda más cercana en busca de las camisetas.
Las camisetas. Que tienen un escote que bueno...en mi humilde opinión no es necesario. Pero sólo en mi humilde opinión. Por ejemplo, en opinión de ciertos amigos mios...no es que no sea necesario, sino que no es relevante. Al contrario, hasta puede que aumenten las ventas. Ven?...siempre hay que sacar el lado positivo y lúdico a las cosas...
Que eso esta bien ahora que es primavera y vamos de cara al verano...pero qué va a pasar cuando llegue el invierno?...porque ese uniforme a de durar un año entero...ya verán...en noviembre todas malas...
Pero no me quejo...porque este uniforme es aceptable. Tengo que comprarme una camiseta para debajo de la otra, pero no me quejo.
La que se ha quejado es mi compañera...que ha visto que su ropa no es como la mía,(eso pasa por comprarle a la del chicle), y ahora tiene que ir y cambiarlo todo.
   Pero saben?...lo mejor no es el nuevo uniforme, ni que su color sea aceptable o me quede mejor o peor...(sobretodo porque a mi siempre me quedan bien :-) )...lo mejor es que si me han dado un nuevo uniforme...es que me quedo, por lo menos hasta que dure mi contrato!!!...Yupiii!!!



Ilustraciones, Jordi Labanda.

(15.04.13)

2 comentarios:

  1. Todo lo que te pongas te queda genial princesa da igual el color la ocasiónnnn siempre aciertas..Besos mil y feliz semana!!!

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    1. Bueno,bueno...qué puedo decir al leer esto?...que muchísimas gracias, porque si me lo dices tú, me lo creo...(Super divina y estilosísima siempre)...un besote

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