jueves, 14 de septiembre de 2017

Y seis años después...aquí seguimos.


   Queridos señores...
Me hace gracia hablarles así, pero es lo que me ha salido cuando me he puesto a escribir...tendrán que perdonarme o dejarme que les llame así.
¿Saben?, hoy hace seis años que comencé este blog.
Por motivos técnicos y médicos, he estado en ocasiones, desaparecida. A veces también han sido motivos personales, lo reconozco...y además queda muy bien escrito y como de serie de televisión.
Como han ido sabiendo, mi ordenador ha estado malito en muchas ocasiones y no me permitía escribir. El pobre aún lo está pero siento tanto apego hacia él que me cuesta traer a su sustituto aún habiéndolo encontrado. Y no, no es de la manzanita.
También han sabido que tengo un problema en los huesos que no me deja escribir tanto como yo quisiera, pero ¿saben?, he encontrado una médico maravillosa que ha mitigado mucho el problema.
El problema personal ya era otra cosa. A veces la apatía no deja escribir, no deja que las cosas fluyan, no deja que los pensamientos se nos ordenen o nos sugieran estas pequeñas anécdotas que a mí me gusta narrarles.
   Hoy como cada aniversario echo la vista atrás...miro a un punto y me abandono a los pensamientos. A los recuerdos.
¿Saben?, cuando hago eso, estos seis años me parecen una eternidad. Han sido unos años muy intensos.
¿Qué cantaba Gardel?, veinte años no es nada... Si les soy sincera..., siempre intento serlo, para él veinte no eran nada, para mí estos seis han sido mucho...
No han sido una eternidad, pero me parecen muy lejanos.
   Qué lejos quedan algunas personas, tanto como sus aires caballerescos y esa educación de la que hacen gala y que desde luego también se ha perdido con el tiempo...
   Qué cerca estás tú, mi querido y propio Mr. Big. Me consta que guardaste esta dirección entre tus favoritos. No sé si me leerás porque si lo haces, desde luego nunca me lo dices. A lo mejor algún día despistado en el que te sobre tiempo...o sea, casi nunca. Seguro que coincide con algún día que haya proclamado que te quiero.


Ah, pero si eso ya lo sabes...resulta que lo sabías desde antes de que lo verbalizase. Ya me lo decía A...que eso se nota. Y yo que no...
Pues resulta que sí. Que se nota.
Que yo ya lo sabía, ¿saben?, lo que pasa es que me empeño en creer que si no lo dices no está pasando...como si los ojos, los gestos, no hablasen.
   Volviendo a lo que estaba, que ya saben que me disperso fácilmente, quería darles las gracias un año más.
GRACIAS.
Por seguir visitando mi página, no tienen porqué hacerlo en cambio, cuando les cuento mis anécdotas vienen, dan un vistazo, espero que sonrían y se van. Gracias.
Me alegran. Me hacen feliz.
Yo solo espero poder sacarles una sonrisa, es lo único que pretendo.
   Estos seis años, como antes les decía han sido intensos. He pasado por varios cumpleaños, he cambiado de decena, de trabajo, me enamoré y me destrozó el terremoto que dejaste en mi vida, desastre egoísta...
Volví a enamorarme porque como dice mi amiga M, no se le pueden poner diques al mar y se ve que por mucho que uno quiera, al amor tampoco.
Volví a confiar en alguien y un huracán se llevó lo que quedaba.
   Me he caído y a pesar de todo me he levantado, he conocido a personas maravillosas, me he quedado como canta Calamaro, flaca...porque hay gente que es mala y no soporta que cada uno sea como es. Gente tóxica, muy tóxica. A la que no le has hecho nada, pero les basta con que estés para querer hundirte y humillarte a la menor ocasión. Este tipo de gente es mala porque disfrutan con ello y se vanaglorian a la menor ocasión de cómo con una frase, con una palabra pueden hacerte de menos, como si ellos fuesen más. Como si un cargo en absoluto relevante les diese el poder de hacer lo que les de la gana y hablar como les plazca sin ningún tipo de educación. Pobres...tan grandes que se creen y que pequeños son, tanto que han de hacer de menos a otros para sentirse de más...Yo creo que a este tipo de gente de pequeña no le abrazaron bastante. Y están tristes por dentro, por eso han de hacer un esfuerzo mayor por imponerse, por demostrar que están por ¿encima? cuando están a la misma altura que los demás, o a la suya propia, o sea una muy baja. Porque cuando uno es así...no está a la altura de nada.
Pero por favor, perdonen, no hablemos de gentuza que no vale la pena.
   Hablemos de ustedes, que me siguen acompañando.
Hablemos de ustedes, que son y serán siempre los más grandes. Ustedes que durante seis años decidieron parar un momento para dar un vistazo a las teorías de una señorita muy aseñorada, teorías peculiares, eso sí, excéntricas en ocasiones, pero que en el fondo lo único que quieren es sacarles una sonrisa ya que se toman la molestia de pasar por aquí.
Solo deseo decirles que cuando miro sus visitas, porque lo hago como todos y veo que me leen de cualquier lugar del mundo mundial, me emocionan. Supongo que en alguna ocasión les habrá llamado la atención el título del blog, les habrá conducido a mí una búsqueda, una palabra...pero tengo la suerte de poder decir que siempre vuelven.
Gracias por venir. Vuelvan siempre que quieran.
   Ahora, si me lo permiten, quiero darles las gracias a ellas.
A esas que "sufren", los desastres de terremotos, huracanes...los desastres que deja la vida, las emociones y las alegrías.
Ellas que siempre están. Ellas que son pocas pero son las mejores.
Ellas que escuchan historias ilusionada, sin ilusión, que escuchan enfados y que vuelven a escuchar las mismas historias...porque hay veces que no se puede evitar...

 
Ellas también son enormes. Son geniales. Son perfectamente imperfectas cada una en su estilo. Son pilares, son necesarias, son indispensables.
A ellas también les digo gracias.
Por todo y más.
Por estar, por escuchar, por aconsejar, por indignarse...(neneeeee)...ja, ja, ja...por todo.
   En fin...¿qué puedo decirles?...me alegro de cumplir un año más a su lado. Espero que sean muchos más.
Oficialmente ya hemos pasado las crisis de los tres años y la de los cinco, como dicen mis amigas, que no se ponen de acuerdo sobre este tema.
La verdad es que se ponen de acuerdo pocas veces...eso es lo más divertido, así siempre tienes varios puntos de vista...
   De todo corazón, gracias.
 
 
 
 
 
14-09-17
Fotograma, Sexo en Nueva York.




martes, 12 de septiembre de 2017

Café.

   -¿Café?.
Siempre que acabas de comer te lo pregunto. Sé que sí, pero igualmente te lo pregunto por si acaso un día quieres otra cosa.
Voy a la cocina, saco una taza, porque encuentro que es donde hay que tomar el café, menos cuando es con nata y un montón de complementos, que se sirve en vaso de papel.
Saco el bote de cápsulas y elijo una por ti aunque te gustan todas. Como es verano, lo quieres con hielo.
De ese nuevo que has traído, me dices.
   Y voy al congelador, pongo sacarina y dos hielos en la taza y me río de la contradicción, tomas un dulce para acompañar al café, pero eso sí, con sacarina.
Al dejar los hielos en la encimera, miro la bandeja.
Son corazones. Corazones congelados. Y de pronto pienso si el mío también lo está a fuerza de desengaños.


El olor del café inunda la cocina.
Qué bien huele.
Como tú cuando te perfumas.
Una vez dije que no había que fiarse de alguien que no bebiera café...qué paradoja que de una broma saliera una verdad.
   Vierto leche, desnatada, en tu café y los corazones se deshacen.
También pienso que como el mío en ocasiones. Sí, no hago otra cosa que pensar en mí. Será porque tú casi no lo haces.
Te pongo más corazones helados para que enfríen la bebida y cojo uno de tus dulces. Lo pongo todo en un plato que lleva dibujada una estrella, la taza en medio y al lado, el dulce y una cuchara.
Me gusta preparar café, preparar los dulces, prepararlo todo.
A veces cuando no estás sin darme cuenta pregunto en alto ¿café? y luego caigo en la cuenta de que estoy hablando conmigo misma y he de tomar café sola. Entonces hago la misma operación, pero normalmente sin hielos, esas cápsulas las reservo para ti.
Así no veo los corazones congelados. Congelados como estuvo el mío una vez. Tú no lo sabes, no es de esas cosas de las que hablamos. A veces no queda otra que volverse de hielo. Qué triste ¿verdad?...es instinto de supervivencia. Te lo diría muy seria, desafiando con la mirada al que me dijera lo contrario...
Pero un día viene alguien y se produce el deshielo. Así sin avisar. Y ya no eres la misma. Ya nada es lo mismo.
Deshiciste mi corazón antes de que yo lo supiera, aunque seguía congelado.
El deshielo lo manifestó él, el mérito siempre será tuyo
Ya nada es lo mismo aunque no puedes evitar guardar un poco de hielo...por si acaso.
   -¿Quieres café?.
   -Sí, si puede ser con hielo...


13-09-17