lunes, 31 de diciembre de 2018

Hasta luego 2018

           Querido 2018...te vas.
Quedan unas pocas horas para que se acabe el año, es momento ahora de echar la vista atrás y hacer balance de esos doce meses que sin darme cuenta han pasado volando.
Creo que me va a faltar tiempo. En general me falta tiempo para casi todo. Me ha faltado tiempo para ti, lo sabes, te he engañado con otro proyecto que tengo entre manos, ese que me roba tiempo y horas de sueño. Pero ¿qué te voy a contar a ti que no hayas vivido ya?, no seas duro conmigo por haberte dejado de la mano de Dior, ya suelo serlo yo bastante conmigo.
Siempre pienso que nunca os dedico demasiado de mí, que me dejo ganas por el camino, que estáis faltos de...ya sabes, tiempo.
   Malditas las ganas que a veces nos acompañan cuando no tenemos tiempo y cuando lo tenemos a veces somos nosotros quienes las ignoramos.
Esto he tenido que apuntarlo en el móvil, no he tenido tiempo de encontrar una libreta y un boli y no quería dejarlo pasar, me gustaba cómo sonaba en mi cabeza.
   Total que como te decía, de algún u otro modo, todo el mundo está haciendo balances en su mente, echando la vista atrás, recordando quizás mes a mes determinados momentos, determinadas circunstancias.
Todos están pensando en las nuevas expectativas que se van a crear para el próximo año que empieza. Expectativas que serán reales o no, pero se las crean.
(Tú también).
No, querido, te aseguro que no me he creado todavía ninguna.
Todos están escribiendo en papel o mentalmente sus propósitos a incumplir, porque generalmente es así, las promesas que se harán a sí mismos o a otras personas, los voy a estudiar inglés, ruso o alemán.
Hace unos días rompí el papel en el que tenía apuntadas las mías para el año que en unas horas se va. Creo que alguna había cumplido. Claro que también es cierto que no me había prometido nada a mí misma ni a nadie así que no contaba con esa presión. También es cierto que hace muchos años que no prometo nada, por si acaso hay que cumplirlo.
(Ya ha salido la cínica que llevas dentro).
Que no me hubiesen hecho promesas fáciles...yo ya no prometo nada. No prometer es más fiable.
   Las revistas que leo hablan de aprovechar el tiempo perdiéndolo. ¿Cómo se hace eso?, suelen introducir estas frases en los números vacacionales. Te sugieren perder el tiempo en Capri por decirte algún sitio al que me gustaría viajar, por ejemplo, echándote al sol.
Como no tengo tiempo de tener vacaciones, ni tiempo para viajar, no puedo perderlo en Capri echada al sol. También es cierto que se me ocurren cosas mejores que hacer en Capri que estar tirada en una toalla.
No tengo tiempo suficiente para disculparme con la jefatura porque las cosas no están en orden, me falta tiempo para entender que si me disculpo yo no suena igual que cuando se disculpan otros. El tiempo que he perdido me ha enseñado que no lo pierda en estos asuntos, pero claro ya me conoces, por eso no he pasado mucho por aquí, porque no sabía qué decirte, porque todo ha de ser perfecto.
El tiempo que he perdido este año también me ha dicho que lo perfecto no es real. Sigo intentando entenderlo y comprenderlo, seguramente me lleve tiempo.
   Ahora que tengo tiempo para hacer un pequeño balance me pongo triste y no por el tiempo que he perdido, sino porque por la falta del mismo me he perdido muchas cosas. Me he perdido cumpleaños, me he perdido cenas, me he perdido escribirte, ¿me he perdido yo?.
   Es ahora cuando pongo caras a los meses que han pasado, cuando me pregunto si he estado cuando había que estar, si he sido lo bastante buena amiga, cuando quiero hacer lo que no se puede, volver atrás para hacerlo de otro modo. Ahora que tengo muchas cosas quiero comprar lo que no se puede comprar en este mundo.
Tiempo.
   Inevitablemente me vienes a la mente...el poco tiempo que nos han concedido los días no ha sido perfecto, ha sido nuestro.
Ha sido una primavera en la que como una peonía he ido abriendo mis pétalos gracias a tus palabras, a tus caricias, a tu modo de saber entenderme, de leerme sin que diga nada. De saber por anticipado todo lo que siento.
El tiempo ha hecho que en ocasiones destapases esa caja que mantienes cerrada por lo que pueda pasar. Ya te lo dije un día o tal vez lo escribí...una mirada siempre nos delatará.
Yo te miraba con ternura, te acariciaba la barba, tú te reías y ese era mi modo de parar el tiempo.
Y era magia.
   Sigo sin propósitos para el nuevo año...tendré que escribirlos corriendo después. Qué desastre, qué falta de organización...
Le he dicho a una de mis mejores amigas que voy a intentar controlar no controlarlo todo. ¿Cómo voy a hacer eso?. Ella se ha reído cuando lo he dicho. Supongo que debe ser porque por escrito parece más gracioso que como lo es en la vida real.
   La vida real. Eso que pasa cuando pierdo el tiempo.
Te voy a confesar algo, por falta de...(tiempo)...anoche escribí lo que hoy voy a publicar. Al querer guardarlo me equivoqué de tecla y se borró todo. Obviamente culpa del ordenador. Claramente yo le di a guardar no a borrar.
Ni me enfadé, ni me indigné conmigo misma ni me castigué. Estaba agotada de estar todo el día trabajando, de pasar noches sin dormir, comprendí que lo que escribiese hoy no iba a ser igual que lo que había escrito anoche, pero no me importó. Decidí darme un respiro.
Cogí el teléfono mientras mentalmente me decía a mí misma que no tengo que vivir pegada a él y leí nuestra última conversación. Se me dibujó una sonrisa. Suspiré, cerré el ordenador y me dije a mí misma, a lo mejor no era eso lo que tenías que publicar, por eso se ha borrado.
¿Puedes imaginarte lo que le costó ganar esa batalla a mi otro yo?, porque no sé si por aquí te lo he dicho alguna vez...MI VIDA ES UN DRAMA. Y con la informática MÁS...
   Ahora que me llegan mensajes al móvil deseándome un año nuevo lleno de una infinidad de cosas que no acabo de leer porque son todas iguales me pregunto qué querrá el resto del mundo.
Te será fácil imaginar lo que quiero yo.
Exacto, un viaje a Capri para perder el tiempo...
   Te quiero a ti.
   Quiero...¡no te lo digo!. Una compañera de trabajo me ha dicho que una amiga le ha dicho que cuando cambiamos de año y pedimos deseos para el siguiente lo hacemos mal.
Esto hace que me relaje, ya sabía yo que no podía ser casualidad que año tras año no me tocase la primitiva. Yo, que en mis fantasías ya tengo repartido el patrimonio en una casa para mi mejor amiga y otra para mí, cerca pero no juntas para que no se agobie. Y un apartamento en Torrevieja, Alicante como cuando existía el Un, dos, tres.
(O en Menorca, tampoco hay que imponerse un lugar).
La cuestión es que me ha dicho esta compañera que pedimos mal las cosas porque no hay que pedir lo que queremos, sino lo que no queremos.
Ahora lo tengo todo más claro.
   Después de haber perdido tanto tiempo sé que quiero tiempo para perderlo mejor.
   Queridos, que su nuevo año sea inolvidable, que esté lleno de momentos únicos, de alegrías, de las menores penas posibles. De mucho tiempo para que puedan emplearlo como mejor quieran.
2018 nos despedimos aquí, no sé si te lo he dicho en todo este post, pero cuando venga de trabajar no tendré tiempo para despedirme de ti, tendré que estar intentando no controlarlo todo, paseando al perro antes de una cena, pelándoles las uvas a mis dos sobrinos pequeños y a mí misma porque no nos gustan las uvas con piel y huesos porque además se hacen bola si te las comes todas a la vez y al final es un desastre y tienes que tirarlo todo y eso seguro que da mala suerte.
¿Crees que has pasado de largo?...
He ido a dos firmas de libros de mi escritor preferido (Màxim Huerta) con una de mis mejores amigas, he florecido, he estado y no he estado, he sobrevivido y he aprendido...
Y todo lo que se aprende, no se olvida.
No te olvido. No me olvides.




R.
31-12-18
Ilustración, Jordi Labanda.

viernes, 14 de septiembre de 2018

7

   Querido blog, felicidades.
Hoy hace siete años que por primera vez escribí unas palabras y las publiqué.
Hace siete años que vengo por aquí vomitando mis alegrías, mis enfados y mis peculiaridades. Mis manías y mis maneras. De hacer las cosas y de ver la vida.
Mis sarcasmos y mis ironías.
Mis maneras de hablar de unos y de otros y de "unos y de algunos".
   Te debo el título de este blog de una manida frase que transformé para nosotros. Te gustó tanto que me pareció original bautizarlo así. También te encantó esa idea.
Te debo que me hicieras volar en una nube todo ese tiempo. Te debo sonrisas, te debo ilusión, te debo alegría, te debo que construyeras una realidad, falsa, a mi medida. Te debo no haber tenido la valentía de haber dicho lo que tenía que haber dicho.
   Me debes la verdad. Así de simple, de desnudo, de frío. Me debes explicaciones que no voy a tener. Me debes las ilusiones que me creaste, mentiroso. Me debes la verdad...¿ya lo había dicho?, es que me debes mucha verdad.
   Te debo que los días pasaran a una velocidad increíble, te debo uno de los ti amo más bonitos que he dicho, te debo que me gritases que me querías porque sino ibas a reventar.
Te debo locura, fantasía, te debo haberme creído tu mentira. Tus mentiras. 
   Me debes que solo cuente lo bonito, que me calle tus mentiras. No me debes un bolso de Carolina Herrera porque olvidases mi cumpleaños, me debes acordarte de él. Me debes que solo haya escrito aquello que nos hacía felices. Me debes que no quiera cobrar nada. Te debes entender que el dinero no lo compra todo.
Le debo al tiempo que matice el dolor, que seleccione los recuerdos. Le debo a los miedos que se vayan porque cada vez que giraba una esquina temía verte.
Y un día giré una esquina y te vi. Te vi a ti, no a esa imagen que tenía de ti. Me debo haberte visto y sentir alivio al no estar contigo.
Te debo una fantasía hecha realidad. Te debo haber entendido que las fantasías son eso.
Me debes que te quisiera, que me enamorase del personaje que creaste. 
   Querido blog, es tu cumpleaños, felicidades.
Hace siete años que vengo a enfrentarme a la pantalla en blanco y tú a soportar mis idas y venidas, mis arrebatos sin rechistar. Es lo que tiene no hablar ¿verdad?...
Te debo que no me censures como harán otros...te debo que plasmes la misma historia con diferentes personajes...
   Te debo sonrisas, te debo que no fueses como los demás, te debo risas, te debo aquella intimidad. Me debes aquella intimidad.
Te debo que sea tuya una de mis fotos favoritas de mi libro, que hable de ti. Me debes que una de mis fotos favoritas de mi libro hable de ti. Me adelanto a ti y digo que deber, no me debes nada.
Te debo que me devolvieses la ilusión, te debo ser yo misma. Te debo unos momentos cotidianos muy divertidos. Te debo no entender nada de lo que pasaba por tu cabeza. Te debo haber sido feliz. Te debo haberme ilusionado. 
Te debo haber tenido el valor de haberte dicho que me fijé en ti el día que te conocí. Me debes que te lo contase y haberte aprovechado de esa información para jugar como todos los demás.
Me debes un porqué a tu mala educación y tus malas maneras que empañaron un poco todo lo demás.
Te debo el recuerdo de un abrazo, el recuerdo de un beso. Te debo esas dos horas hablando cuando estabas muy lejos, pero parecías estar a mi lado.
Me debes un viaje...o dos.
Te debo el recuerdo de la primera vez que fui a verte, de tu primer beso.
Me debes un beso.
   Querido blog, te felicito de nuevo, por ti, por mí...por seguir aquí a pesar de todo...por mostrar lo que digo, lo que quiero decir y lo que me callo.
   Le debo al destino que te pusiera en mi camino o que me pusiera a mí en el tuyo.
   Te debo saber lo que sé. Te debo acariciar la barba aunque no te gusta. Te debo que estés en mi vida. Me debes que esté en tu vida, aunque tampoco nos debamos nada.
Te debo saber convertir un día de mierda en uno que se pueda llevar. Te debo que me escuches, que me ayudes, que me calmes. Te debo que sepas como tratarme. Te debo que me leas el pensamiento.
Me debes que te haga reír. Me debes que sea como soy...
Te debo muchos te quiero que no dije hasta que dije el primero. Me debes algún te quiero.
Me debes los días que me hiciste llorar. Te debo...
Me debes dos meses oscuros de días grises. Me debes las lágrimas que derramé, incontroladas, incontrolables. Me debes el aire que me falta.
Te debo la mano, caricias que nunca son suficientes.
Me debes una noche. Te debo una noche.
Te debo palabras que no digo. Me debes palabras que no quieres decir.
Me debes besar. Me debes besos, me debes más caricias, me debes tiempo.
Me debes una invitación a comer.
Te debo un abrazo más. Te debo fantasías que has hecho realidad. Te debo la ilusión, te debo la alegría que me das.
Me debes las noches en vela. Me debes el insomnio cuando tú tampoco dormías.
Te debo aquella noche que llovía, me debes aquél abrigo.
Te debo decir que el día que te conocí el mundo se paró un instante. Te debo decir que las mañanas me encantaban.
Te debo crecer a tu lado, te debo que te hayas ido abriendo al mío.
Te debo los nervios cuando me llamas y la sonrisa que me dibujas.
Me debes que todo sea fácil. Te debo el olor de tu perfume en mi almohada.
Te debo no decirte que no sé desde cuándo te quiero. 
Me debes nuestra canción y la tienes en tu móvil.
Me debes una foto.
Te debo deber el último te quiero que siempre callo por miedo. Me debes algún te quiero.
Te debo un deseo, me debes un deseo.
Te debo no deberte nada, me debes no deberme nada.
Te debo que me enseñes que no pasa nada cuando dices lo que sientes. Te debo que volvieras. Me debes que volviera.
Me debes que sea tu Pepito Grillo. Me debes que te llorase días y te debo que lleves años haciéndome reír.
Te debía un "estoy enamorada de ti".
Te debo decir que me encanta que me abraces muy fuerte, que me sujetes el cuello para darme un beso.
Te debo decir que me haces falta. Me debes decir que te hago falta.
Te debo la emoción y tú me la debes a mí.
Te debo una caricia. Me debes tus manos en mi piel.
Me debes un beso.
Te debo la alegría y la pena. Te debo que sepas leer en mis ojos como lo haces. Me debes que pueda leer en los tuyos.
Me debo comprender que la perfección no existe. Me debo mirarte. Me debo ser vulnerable cuando estás conmigo.
Te debo que me de igual ya que sea obvio. Te debo la razón cuando la tenías.
Te debo que puedas inspirar cosas tan bonitas, te debo una mirada. Te debo una declaración de amor.
Te debía una declaración de amor. Te debía, porque hice un libro solo para ti, aunque aún te deba otra y otra y otra...
Te debo que seas mi inspiración.
Te debo fotos bonitas y frases que hablan de ti sin hablar.
Te debo que seas, como dice mi escritor preferido, la pareja de mi vida...y hasta el amor por ahora...
Te debo...
¿Qué te debo amor?, nada, no me debes nada...dirías mirándome a los ojos mientras los míos hablan lo que debería hablar...
   Feliz cumpleaños...7 años no son nada...




14-09-18

lunes, 20 de agosto de 2018

Se dice, se comenta...

   Señores, lo confieso.
Leo revistas de esas llamadas "femeninas". Sí. Y también veo comedias románticas. Y ha pasado que a veces hasta me las he creído...era más joven eso sí. Sí hombre, como cuando ustedes fueron engañados a ver la película de Grey y cuando acabó no solo se dieron cuenta de que se habían tragado un pastelón sino que además al llegar a casa no iban a jugar como el Sr. Grey lo hacía...
Que eso no es por ustedes, no estoy generalizando, es porque no tienen las mismas herramientas que él.
Herramientas para jugar...
El caso es que soy tan típica que el año pasado me hice mechas rubias, luego me puse un tinte cuando la raíz creció demasiado y del sol se me ha aclarado mi castaño natural y a ratos soy rubia y a ratos castaña.
En el pelo también.
Con esto, si me esta leyendo algún hombre, supongo que se habrá hecho una idea primaria de cómo soy. Pues no. En persona soy más divertida. Y tengo de largo mucho más sarcasmo del que aquí gasto.
Les comprendo, leer ciertas revistas cataloga de por sí a la persona. Yo lo entiendo ¿eh?, soy la primera que ve a un hombre leyendo un periódico deportivo y ya me creo que es de un equipo de fútbol determinado.
   La cuestión es que en este tipo de revistas se plantean cosas importantes y cosas MÁS importantes todavía.
Las más importantes todavía son del tipo, "qué moño hacerte en verano".
A mí este tema me interesa mucho. Sobre todo porque tengo el pelo tan lacio que no puedo hacerme más que una coleta o enroscar una coleta en forma de moño y atarla con una goma de esas que parece un cable de teléfono antiguo porque además de que no dejan señal son las únicas que sujetan. Tengo el pelo tan lacio que cuando empecé a trabajar en "la casa grande", el triangulito, una compañera me preguntó si me planchaba el pelo a diario.
(Como si no tuviese nada mejor que hacer que estar perdiendo ahí tres horas de mi vida cuando puedo estar leyendo un libro, que es otra de las cosas que me gusta leer además de las revistas ya comentadas.)
Entre los temas importantes está, sobre todo en redes porque hay que llenar espacio y contenido, uno por el que se debate mucho.
Se dice que se debate mucho en la calle. Yo que trabajo en verano, sin moño y aunque mucha gente no se lo crea, como las personas esas tan amables que se ponen debajo de mi casa con su música de mierda para que la oigamos todos los vecinos, sea un lunes, sea un sábado, no veo ese debate.
De hecho, leo los comentarios cuando lanzan la pregunta de rigor que encabeza el link que te lleva al artículo y yo lo que ponen ahí las personas, no lo veo.
   El tema no es otro que el siguiente. "¿Lactancia materna o biberón?."
¿Ustedes se creen que los políticos discuten?, no, no. Ahí sí que se discute en los comentarios. Tú te pones a leer lo que ahí escriben unas personas y otras y echas la tarde si tienes wifi. Porque como no tengas olvídate y ponte a leer lo de los moños.
Unas cosas...que yo digo, ¿pero será capaz el ser humano de meterse donde le importa y no donde no le han llamado?.
Pues no. No es capaz.
Las mujeres que dan el pecho quieren que todas den el pecho. Y las que dan biberón quieren que les dejen dar el biberón.
Y por si me está leyendo alguna madre que aún no se ha tomado una copa de sentido del humor porque está dando el pecho y no puede beber, le diré que lo hay sin alcohol y sobre todo que NO LO DIGO GENERALIZANDO.
Yo por ejemplo no obligo a mis amigas a que se hagan mechas. Y estas mujeres TAMPOCO obligan a las otras mujeres a dar el pecho. Todas no.
Luego hay otras, que son como la santa inquisición y sí. No solo te dicen que es lo mejor para el bebé, que sin duda lo es. Sino que además si decides optar por otra opción se toman la libertad sin ser llamadas a ello de cuestionarte.
Qué bonito.
Que a mí también me pasa ¿eh?, a veces me cuestiono porqué la gente pudiendo vestir bien, lo hace mal.
   Otra cosa que me llama poderosamente la atención de estos debates entre madres, no madres, biberones y lactancia materna es que las mujeres que dicen que dan el pecho, se sienten observadas. Que en la calle cuando alimentan a sus hijos las miran mal.
Pues yo debo vivir en otro planeta, que no lo pongo en duda porque en ocasiones lo hago, pero yo he visto a señoras pagando con tarjeta y sin poder firmar en la casa grande porque estaban dándole de comer a su hijo y demostrándose a sí mismas que una cosa no quita la otra y que no necesitan para nada una sala de lactancia creada y pensada especialmente para estas situaciones y oigan, nadie las miraba mal, al contrario, lo único que hacía mi compañera era facilitarle el terminal para firmar a la señora porque con todo no se puede.
Porque priorizar una compra a la alimentación de tu hijo es una tontería cuando eres mujer y sabes hacer dos cosas a la vez.
Hacer dos cosas a la vez, señores, es por ejemplo...a ver cómo se lo digo para que ustedes lo entiendan que he oído por ahí que no saben hacer dos cosas a la vez. Pues es hacer una cosa, o sea ustedes están con las bolsas de la compra ¿no?, lo que te dan en el supermercado previo pago de su importe porque así contamina menos, cuando vas a comprar comida...bueno cerveza y entonces a la vez que llevas las bolsas pues por ejemplo hablar por teléfono.
¿Lo hemos entendido todos no? Pues eso.
   Que se dice, se comenta, que cuando están en la calle, en el parque o donde sea la gente las mira e incluso las increpan.
Y yo que trabajo en una calle muy concurrida de mi ciudad no he visto nada de eso. Sí, yo es que puedo trabajar y mirar a la vez. Y a veces hasta hago más cosas. El otro día sin ir más lejos, había una señora dándole el pecho a su hijo en plena calle donde yo trabajo, que como ya les he dicho es una calle muy concurrida, llena de tráfico, polución, coches pitando, ambulancias que pasan cuando no pasa la policía...vamos el sitio perfecto para darle el pecho a tu hijo y demostrar que ser madre y alimentar a tu hijo de manera natural no está reñido con la vida cotidiana. Y yo de verdad que no vi a nadie que increpase a la señora, ni que la mirase ni bien ni mal. Las personas pasaban por su lado sin más.
Ojo, no vamos a comentar que es un acto en el que el niño, se supone, ha de estar tranquilo y no tragándose todos los humos y toda la contaminación que genera una calle con una afluencia de tráfico importante. Yo imagino que eso a un bebé le da igual, o sea que no has de quedarte en tu casa pero vamos si puedes ofrecerle un ambiente más tranquilo que una calle con todo su tráfico a plena hora punta...pues eliges quedarte en un banco de la calle que andar tres pasos más y sentarte cómoda en una cafetería. (Que en la calle estás igual, tu propósito de visibilizar la lactancia materna se está consiguiendo igualmente).
   También se dice, se comenta mucho que cuando van a sitios a comer, a cenar, a almorzar a las personas también les molesta este acto.
Pues ¿qué quieren que les diga?, yo iré a comerme las tostadas con aguacate a sitios extraños, pero a mi lado había una señora dándole el pecho a su bebé y yo seguía con mi tostada haciéndola a trozos porque con la ortodoncia no puedo comer como quiero.
Que también puede ser que estas señoras que dicen sentirse agraviadas deben estar más preocupadas mirando que las miren que en lo que tienen que estar, que es en su bebé.
   El caso es que ese debate está ahí rellenando nuestro hueco en redes entre los últimos peinados y la última tontería de nuestro ex que aún no sabemos porqué pero lo seguimos teniendo en el grupo de "amigos".
   ¿La solución?, ninguna. Que cada madre haga lo que considere oportuno para su hijo, la que quiera adoptar la postura de la lactancia materna que la adopte sin imponerla y las que quieran optar por el biberón que hagan lo mismo sin ser menospreciadas por nadie porque no por eso son menos madres.
¿O es que cuando se pare por cesárea no eres madre igualmente aunque no hayas parido de manera natural?.
Sea como sea, tómense la vida con humor, que no van a arreglar nada tomándosela de otro modo.
Los quiero, me adoran.
(Ya sé que todos no pueden adorarme...tranquilos, que yo tampoco quiero a todo el mundo...)



R.
20-08-18

sábado, 14 de julio de 2018

Feliz cumpleaños.

   Muchas personas dicen que con el tiempo las cosas se olvidan.
Yo no puedo olvidarme de que hoy habría sido tu cumpleaños. Con el tiempo las cosas duelen menos, dicen. No, con el tiempo aprendes a vivir con el dolor, pero no significa que deje de doler.
A veces, cuando te echo mucho de menos, me pregunto cómo sería la vida si estuvieras aquí. ¿Habría cometido los mismos errores?. ¿Te habría hecho caso cuando me hubieses dicho, "hija la vas a cagar"?, seguramente no.
¿Sabes que ya se pueden comprar estrellas?, sí, se puede. Al final me quedé sin la estrella que te pedí y sin ti.
Hoy en casa hacemos como que no sabemos el día que es, debemos pensar que si no lo decimos no está pasando, que no es tu cumpleaños. Yo pongo fotos de los dos porque aparte de los recuerdos, es lo único que me queda de ti. Hoy no voy a sacar tu botella de perfume para olerla, porque sigue conservando ese olor. Hoy no puedo.
Siempre pensé que conforme me fuese haciendo mayor podría ganarle la partida al dolor, a la ausencia y qué va...al contrario. Tu ausencia me aplasta cada año más. Envidio a todas esas personas que tienen a sus padres al lado. ¿Suena mal?, ¿qué voy a decir?...no lo siento. Me dan envidia.
No puedo escribir. Las lágrimas no me dejan. Me duele.
Nos enseñaste a ser fuertes y a veces es agotador, así que de vez en cuando, me dejo llevar por las lágrimas aunque nadie me cuide. Me cuido yo, ya estoy acostumbrada. Me acostumbre cuando te fuiste, aunque uno nunca llega a acostumbrarse ¿verdad?.
Te quiero. Te echo de menos.
Nunca te lo dije y ahora no sé decirlo porque cuando lo digo tengo miedo.
Qué ignorante ¿verdad?, pensé que siempre estarías y que te lo podría decir en cualquier momento. Qué revés de la vida...ahora da igual cuánto te lo diga porque no estás para escucharlo. Aunque yo miro al cielo y te lo digo. Es lo único que me queda, pensar que de algún modo me escuchas. Es la fantasía que quise creerme cuando te fuiste. Necesitaba creerla. ¿Lo entiendes verdad?. Ahora estás con la estrella que te pedía que me comprases.
No puedo escribirte más. Estoy llorando ya demasiado y se me están poniendo los ojos más verdes que marrones. Verdes como los tuyos. Lo siento, no puedo seguir.
Sólo quería que supieras que aunque no lo digamos, los tres sabemos el día que es hoy. No hablaremos de ello, porque como yo digo, si no lo dices no está pasando. Pero sabemos el día que es.
No te olvidamos.
¿Mi mayor tesoro?, parecerme cada día más a ti aunque no lo estés viendo. Pero yo seguiré pensando que sí. Es mi propia fantasía, cada uno tiene la suya ¿no?.
Feliz cumpleaños papá, te quiero.

lunes, 26 de febrero de 2018

La maleta de cabina no existe.

   Acabo de terminar una nota de voz para mi amiga E. De un minuto, esta ha sido breve. Ahora me he puesto a escucharla yo, porque me gusta escucharme y preguntarme si mi voz se oye así desde fuera. Y sí. Se oye así desde fuera. Qué vergüenza.
El caso es que venía tranquilizándola porque se va de viaje. Pero no está nerviosa por el viaje, no. Está nerviosa por la maleta.
Lo sé, sé que de este tema hemos hablado, pero hay que volver ha hablar.
Yo no entendía muy bien, porque me ha cogido en el trabajo y he tenido que escucharla a plazos y contestar sin desarrollarme, cosa que como ya saben no me gusta nada, pero cuando he salido he aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid y que de camino al autobús hay un trozo porque me he quedado sin la moto que la tiene el mecánico, porque tiene que arreglar algo, no sé muy bien el qué, pero la semana pasada estuve y me dijo que tenía algo por dentro.
Pues corazón, pensé yo. ¿Qué va a tener mi moto sino?. Lo que estará es malita del corazón porque le gusta el hijo del mecánico y quiere quedarse allí. El hijo del mecánico que por cierto parece un dibujo de Jordi Labanda y cuando se ríe tiene una sonrisa muy grande.
El caso, que me despisto, que como no voy en moto a trabajar, tengo que coger el autobús. Y para coger el autobús he de cruzar la casa grande, o sea, el triangulito. El triangulito y una tienda muy grande del grupo Inditex que ya paso sin mirar.
Lo que les estaba contando, que me manda unas notas de voz y yo sin poder contestar ampliamente, así que aprovechando que tenía un camino y que quería ver unas botas de agua pues dije voy a escucharla bien, porque veo que está nerviosa y así la tranquilizo, le cuento lo de las botas y que ella me refuerce esa compra que ya está hecha.
   Pues resulta que se va de viaje. Y claro, ¿qué pasa cuando uno viaja?, que ha de facturar maleta. Bueno, que se ha de facturar maleta es algo que yo doy por hecho, pero me ha dicho que no, que no es algo que haya que dar por hecho, que hay personas que no facturan.
Yo me he quedado tan sorprendida que me he parado en seco en mitad de la calle, justo al lado de una tienda que no me gusta, menos mal. Y he tenido que cortar su nota de voz para hacer una yo preguntándole si eso que me decía era verdad.
   Y la pobre a unos días de irse está agobiada, abrumada, preocupada, abatida y sofocada. Sí. He buscado todos los sinónimos y los he vomitado aquí. Y me he dejado alguno porque ya saben que no me gusta extenderme.
La cuestión es que, lógicamente, no le caben las cosas en la maleta.

   Y yo como buena amiga he intentado tranquilizarla diciéndole que doble más la ropa. Y que facture.
Y ella seguía en su desazón, que si tenía que llevarse los ocho pares de zapatos, que si podía dejar uno, unas sandalias que se compró el año pasado muy bonitas por cierto, pero que todo lo demás ha de llevarlo.
Yo me he puesto en su lugar, que no en sus zapatos porque no gastamos el mismo número y le he dicho que ya puestos, donde caben siete caben ocho y que esas sandalias debían ver mundo.
Después le he aclarado un asunto mientras pedía mis botas de agua rojas tan necesarias en mi ciudad, que siempre diluvia y que me llevo sin probar...hale, a por todas, luego tendré que volver a por un número más y como no haya en rojo...eso sí que va a ser un drama y no el de la maleta.
   El asunto que he tenido que aclararle no ha sido otro que una fantasía que nos han querido vender. El de la maleta de cabina. La maleta de cabina es una mentira. La maleta de cabina es una maleta de fin de semana corto, es decir, de fin de semana de personas que trabajan en el comercio y el sábado van de turno de mañana y pueden salir de viaje por la tarde.
La maleta de cabina la inventó un piloto que estaba harto de esperar a que cargasen las maletas en los aviones y decidió que la gente tenía que viajar con poco peso y con poca ropa.
En conclusión, la maleta de cabina NO EXISTE. Y así se lo he dicho a ella.
   Y es en ese punto cuando las dos coincidimos y en la distancia pero en la cercanía de las notas de voz de WhatsApp nos ponemos de acuerdo.
Ella constata la buena compra de las botas rojas y apoya el hecho de que la maleta de cabina no existe. Son los padres, añade ella.
Y aquí se abre un debate que yo le he dicho a ella y que quiero que alguien me aclare.
   Si el máximo de peso de una maleta facturada son veinte kilos, ¿en esos kilos cuenta el peso de la maleta?, porque la de ustedes no sé, pero mi maleta pesa. Y si pesa cinco o seis kilos ya me están quitando kilos de maleta, de espacio, de ropa y de outfits como dice ella.
Me ha dicho que va a compartir maleta y llevará otra de mano. ¿Lo ven no?, que no existe digo. La llaman de mano porque es pequeña, han querido ponerle el sobrenombre de "de cabina" para hacerla más bonita, pero es una mentira.
Yo lo de compartir maleta tampoco lo veo cómodo, porque siempre hay una persona que quiere meter más ropa que tú en la maleta compartida. Y a mí llámenme egoísta o lo que quieran, pero con  dos que se quieran uno que llene de más la maleta es suficiente. Y en este caso debo ser yo.
Como quiero tranquilizarla y ya tengo mis botas le he dicho que es una opción. Pero lo he dicho con la boca pequeña. Y me ha insistido en que hay personas que no facturan, que no sabe cómo pueden hacerlo.
   Las personas que no facturan ni son personas ni son ná. He dicho muy dignamente mientras me perseguía por las escaleras mecánicas el dependiente que me ha vendido las botas porque me he dejado un spray para limpiarlas. Que se note que tenemos la cabeza en el sitio y la tarjeta en la cartera.
Porque este tipo de personas...¿qué hacen?, ¿llevan dos mudas de ropa interior, la lavan a mano y la dejan colgando en el grifo de la ducha del hotel?, ¿llevan siempre la misma ropa?, es que ustedes han de darse cuenta de una cosa, cuando decimos, vamos a la playa...habrá que llevar una toalla de playa ¿no?, pues eso ya ocupa gran parte de la maleta...es que si no entendemos algo tan básico como eso...
Yo le he aconsejado que se haga una lista y ya que aproveche y la haga a colores, con las cosas prioritarias, las secundarias y los ¿y si?.
No, no, los por si acaso no existen para nosotras. No simplificamos en maleta pero sí en frases.
¿Y si me ensucio?, ¿y si refresca?, ¿y si hace calor?, ¿y si hace frío?, ¿y si he de cambiarme de ropa para ir a cenar?, ¿y si, y si?...
Nota de voz:
"Haz eso que te he dicho, lo de la lista y los "y sis", ahora te sigo hablando que he de cambiar de número las botas, como no haya en rojo verás...".




26-02-18

martes, 16 de enero de 2018

Lo que no te dije pero ya sabías.

   A veces no puedes decir lo que sientes, o no sabes hacerlo de otro modo que no sea escribiendo y fotografiando cosas bonitas.
Un día, respiras hondo y dices lo que has callado.


    "A ti por ser mi inspiración. Por estar cuando te lo pido y cuando no lo hago...(o sea siempre). Por ser y no ser, gracias. Por hacerme verbalizar lo que ya sabías, por escuchar lo que te dije y saber lo que no te dije. Lo confieso, tenías razón...pero claro, tú ya lo sabías."




Tú eres el edificio Chrysler.
Tú.
Mi libro para ti. 
Una declaración de amor firmada por mí, para siempre para ti.



16-01-18