jueves, 23 de marzo de 2017

La cafetera

   Señores, no quiero alarmarles, pero el mundo tal y como lo conocemos se acaba.
El mío, el mío...el de verdad no. Cómo va a pasar eso si yo aún no he ido a Milán a comer o cenar a Casa Cracco?...por favor...
   El mundo se acaba tal y como lo conocemos porque se me ha roto la cafetera.
Y ustedes dirán, qué tontería.
Y hombre...si. Si tienes otra cafetera de repuesto, es una tontería, pero sino...pues no. Y este asunto para mí es grave señores. Porque como ya les he dicho en otras ocasiones, el café es la gasolinita de la vida. Y si me estiran mucho hasta es la gasolinita del amor. Cuántas historias de amor se han empezado con un..."vamos a tomar un café?"...pues alguna que otra.
Así que no le resten importancia al café y sobre todo a mi drama.
   Y es drama porque sucede así sin avisar. Yo estaba tan tranquila ayer, iba a preparar mi café...bueno tranquila no estaba porque había quedado para tomar un café y llegaba tarde. Que para qué tomo café si ya iba a tomar otro después?...pero no han leído lo de que es la gasolinita de la vida?...
Voy a explicarles algo. Yo me levanto y tengo que tomarme un café. Después si me tomo otro ya es opcional o circunstancial. Pero el primero he de tomarlo.
Lo que les decía, que como siempre llegaba tarde. Pongo la máquina y la máquina que no. Y yo no sé ustedes, pero yo no estoy programada para que me den estos disgustos por la mañana.
Me quedé mirándola ojiplática, esperando a ver si una de las dos reaccionaba y se arreglaba sóla, o sea, esperando que reaccionase ella...y nada.
Le quité el depósito de agua, se lo volví a poner...la desenchufé, la volví a enchufar...y nada. Ya eran oficiales dos circunstancias, una que iba a llegar tarde y la otra que la máquina no estaba poniendo nada de su parte por arreglase sóla...
Que les tengo que decir algo, yo me comporté como dice mi amiga E. Como una señora. Y no perdí la calma.
   Yo NO perdí la calma.
No la perdí hasta que vi que no había solución alguna al problema. Que la máquina se había roto. Y sobre todo que no iba a poder tomar café café, sino el sucedáneo este que no es que esté mal...pero no es lo mismo.
Inmediatamente después de eso avisé de que iba a llegar tarde, que como pude comprobar ya se veía venir. En serio yo no sé a las personas qué les pasa y sobre todo porqué dan por hecho este tipo de cosas en vez de congratularse con mi propio drama.
(Qué egocéntrica...dirán ustedes... Sí...como si no tuviera bastante con el café placebo...)...
   La cuestión es que llamé a los fabricantes de la máquina. Unos señores muy amables. (Lógico cuando tienes a Clooney de embajador).
(Bueno, su lógica no ha de ser mi lógica, no quieran entenderlo todo).
Le expliqué a la señorita operadora mi problema y ella me dijo que lamentaban lo ocurrido.
Se dan cuenta no?, ASÍ SÍ.
Porque se ponen en tu piel y te reconfortan. Yo le expliqué que no era culpa suya, pero que gracias, porque comprendían que quedarse sin café es un poco empezar mal el día. Y ella lo entendía.
Me indicó los pasos a seguir y que debía llevarla al servicio técnico puesto que aún entraba en la garantía externa que no la de ellos.
   Me parece perfecto, dígame la dirección.
Porque yo soy así, una persona decidida a no quedarse sin su café y si hay que ir y llevar la máquina, una la lleva como sea, en coche, en moto o como haga falta. Y con todo mi amor la desmonto, la meto en la caja y la llevo donde haga falt
   "Perdone, me repite la calle?".
Luego no quieren que diga que mi vida es un drama. Vale no lo voy a decir. Mi vida es una tragicomedia.
Miren que mi ciudad es grande. Pues la calle donde tenía que llevar la cafetera es una calle que está rodeada de calles que son iguales a ella y en la que inexplicablemente yo siempre me pierdo. Y es una calle donde no puedes llevar el coche porque no se puede aparcar y en caso de que se pueda yo no puedo ir porque luego no sé volver.
Sí, ya sé lo que están pensando. Yo también creo que las calles están mal situadas.
   Pero como les he dicho, me gustan los retos. Y cogí mi cafetera en su caja, mi bonobús y mi confianza en que iba a saber llegar y saber marcharme.
(Eso y que hace tiempo un amigo me explicó, bueno me explicó y me guió por las calles, bueno, me explicó, me guió y me dejó en la misma parada del autobús prácticamente, pero eso ya es otra historia, simplemente lo comento para que vean que cuando me explican una dirección, a veces escucho).
Llegué a la calle, entonces hice lo que tenía que hacer. Publicarlo en Facebook.
Porque si me pierdo lo digo, que es casi siempre, pero si he llegado bien, pues por lo menos que también se sepa.
   Me puse a buscar el número, que por cierto estaba un poco alejado de la parada...quieran que no la máquina pesa, si alguien te acompaña le puedes decir que te ayude a llevarla un rato, o sea todo el rato la otra persona, mientras una busca el número que corresponde a la tienda del servicio técnico...pero claro, yo iba sóla y tenía que hacerlo todo yo.
Que jamás he dicho que no pueda hacer las cosas sóla eh?, puedo. Pero a veces no quiero.
    Por supuesto el servicio técnico era número impar y yo iba por la parte de los números pares...esto es algo muy habitual pero a la vez muy cómodo. Porque así desde la distancia puedes verificar que no te has confundido.
Y eso es justo lo que hice yo. Verificar que no me había confundido porque eso no podía ser el servicio técnico.
Y sí que era, sí.
Con el cariño que le tengo a la máquina y dónde iba a dejarla...
Vale, lo sé, me dejé llevar por la apariencia del sitio, a lo mejor una vez entrase la cosa cambiaba...

   No cambió, no.
Mi cara era como la del dibujo, pero con el bolso en el brazo y la bolsa con la cafetera en la otra mano.
Yo entro y veo un aparador de madera, haciendo como de línea divisoria/mostrador entre el cliente y el chico que había detrás, dos chapas haciendo de pared acompañando al aparador y delante de mí un señor con un aspirador mientras otro estaba hablando de unas piezas de un ordenador o no sé qué aparato porque allí no había nada, pero era a piezas.
   Pasa el señor del aspirador, que por cierto lo llevaba sin bolsa y era de un color de feísimo, no como el mío que es rojo.
Y claro, en estos casos en los que la realidad supera la ficción, yo me hago las preguntas habituales que nos hacemos todos.
Este sitio es de verdad?, o sea aquí saben lo que hacen?. El chico este barbas sabrá arreglar mi máquina?... Pues fíjense en una cosa...quise creer que sí.
   Me tocó el turno, saludé al chico con una gran sonrisa, le expliqué que la cafetera no iba y que naturalmente eso me suponía un problema. Un problema grande.
Se puso a decirme algo de que si la gente es adicta al café y que hasta que no nos fallan este tipo de cosas no sabemos que lo somos...que se iba a quedar la cafetera unos días, que si a muchas personas les pasa igual con el azúcar porque también crea adicción, que casi era comparable a las drogas...
Francamente no sé de qué adicción al café hablaba porque a mí no me pasa...además que no podía escuchar más después de lo de "me quedo la cafetera unos días"...
   "Pero van a ser muchos?", le dije con un hilillo de voz, mi bolso en el brazo y mis mechas casi recién hechas.
Y el chico, "nooo jaja, te llamaremos pronto".
Lo primero no entendí porqué ser reía, yo estaba muy seria. Y lo segundo, "te llamaremos pronto" es un concepto muy amplio y muy laxo.
Eso qué es?, tres días, una semana?...poniéndonos en lo peor dos semanas?...pues no lo sé.
   Y así estoy, esperando su llamada como la que espera que le escriba el chico que le gusta o que le responda el whatsapp...
Dice mi amiga M que al final lo mejor es comprarse una Dolce Gusto, que por 29€ te sale la cafetera nueva.
Yo francamente esto no lo veo. No porque no me guste la otra marca, sino porque ya me he habituado a la mía.
   Salí del habitáculo y cogí el camino tal y como lo había hecho para volver, que es la única manera de no perderme.
Y así estoy, esperando su llamada como la que espera que le escriba el chico que le gusta o que le responda el whatsapp...esperando esa sonrisa que se nos pone en la cara cuando nos da un me gusta en nuestra foto de Facebook, que no significa nada, pero te alegra el día.
Como tú me lo alegras a mí...te echo de menos cafetera!!!. Vuelve ya!!!.




23-03-17
Ilustración, Jordi Labanda.