jueves, 28 de febrero de 2013

La revisión de la moto.

   Señores...he de pasar la itv de la moto.
A mí esto antes no me pasaba. No, porque las motos que he tenido antes, dos, no eran de tanta cilindrada y claro, no requerían de esta inspección.
   El caso es que hace unos días me llegó un mensaje de texto al móvil.
Y cuando a uno le llega un mensaje de texto al móvil, siempre piensa mal. Esto es malo, más que malo es raro, se dice uno mismo, mientras accede al mensaje. Y ahí está. Itv le informa que el próximo día (tal), caducará la inspección de su vehículo matricula (xxxx)...
Ven?, no es que sea una noticia pésima, pero vamos...que buena tampoco es. Entonces una le dice a su amiga..."sí hombre...me va a caducar ahora...si sabré yo cuando me caduca..."...tras una revisión rápida a los papeles se confirma que sí...que caduca. (Nota mental: No subestimar los mensajes de texto y su contenido).
   Y es que ir a la itv de la moto es aburrido. Bueno, en sí, el ir es aburrido, pero cuando se trata de la moto más. Yo fui por vez primera el año pasado. Y claro, como primera vez, estaba algo perdida.
Una llega, dispuesta a perder un par de horas, porque invariablemente, estas inspecciones, duran eso. Se pone en la cola, pero no una cola normal, no, una que se bifurca, hasta que llega un "operario" y nos organiza a todos. Pero nos organizan mal, señores. Porque todos llevaban un papel y a mí nadie me dijo nada, ni de dónde tenía que sacar ese papel, ni qué debía hacer con él.
Así que dejé mi moto y entré a las oficinas, puse mi voz de, no he roto un plato en mi vida, y pregunté por el papelito.
Se dan cuenta de lo insolidarios que fueron el resto de los de la cola no?, no podían decirme, tienes que recoger un papel?...pues no. Ellos ahí, mirando mi moto y mirándome a mí. Lo comprendo, porque es muy bonita, pero podrían habérmelo dicho. Yo creo que se preguntaban como alguien con ese tamaño, podía llevar una moto así con lo que pesa. No les culpo. Cuando compré la moto, no podía ponerle el caballete. No señores. Pesa mucho y no podía. Como verán no les miento. Y el mecánico, "naaaaah, si esto no cuesta nada, ya verás...", y yo decía, no, no lo veré, lo voy a sufrir, pero esta moto cómo pesa tanto?"... Pero una se recompone, no pasa nada, y aprende a poner el caballete y quitarlo, sobretodo porque no puede vivir pegada a la moto.
   En la espera de mi turno, que exactamente no sabía cuál era, llegó otra moto como la mía. Este es mi momento, me dije cuando el chico se puso a mi lado, porque su mecánico era más eficiente que el de mi cola.
Primero nos miramos y sonreímos, felicitándonos en silencio por el buen gusto que ambos tenemos para elegir motos, pero entre ustedes y yo, a mí me queda mejor...y entonces se lo pregunté...

"El botón rojo para qué sirve?".
Sí, señoreeeees!!!!!. Mi moto tiene un botón y yo no sabía para qué se utilizaba. (No se extrañen tanto, que el móvil tiene aplicaciones que jamás he usado). Resulta que el botón rojo es para bloquearla. Es como el botón del pánico. Lo aprietan y la moto se bloquea. Ven?, ya hemos aprendido dos cosas, la primera es para qué sirve el botón rojo, la segunda es que da igual a la hora que vayas a la itv, tendrás que esperar dos horas.
   Llegado mi turno, el mecánico comienza a hacerme preguntas técnicas, que yo respondo mientras pienso....pero esto deberías saberlo tú, no?, eres el mecánico...y las va apuntando en el papelito.
"Necesito que vacíes el baúl, tengo que quitarlo". Y sabrá ponerlo?, me digo, mientras recojo un par de guantes, otro, un trapo sucio...vale....una camiseta que hace las veces de trapo, otro par de guantes...
"Cuántos guantes eh?, ja, ja", dice mientras yo lo miro extrañada y tranquilamente le respondo, "estos son los mios, estos por si viene otra persona y los necesita y estos no llevan dedos". No sé porqué me mira con esa cara, cosas peores habrá visto. Lo ven no?, yo SÍ pienso en los demás si los llevo en moto y les proporciono guantes.
"Ahora acelera y frena", dice. Pues déjame sitio o la moto se irá sola, me digo yo, claro que ahora que pienso, así podré usar el botón rojo del pánico... Es que señores...si no me deja espacio, cómo voy a hacer lo que me pide?, no ven que no me llegan todos los dedos al freno?. No. Ya se lo he dicho. Esto era un secreto que compartí con mi gran primo M, pero ahora ya lo saben todos. Tengo las manos a juego con las muñecas, pequeñas. Y no me llegan todos los dedos a los frenos. El pequeño se queda ahí, en el aire. En fin...qué quieren?...no puedo tenerlo todo...(Realmente la culpa es de la moto, porque al tener ese aire algo "retro", los frenos están muy separados del acelerador y el...bueno, ustedes piensen lo que quieran...).
   Pasada la inspección, me dice que en unos minutos me trae el informe. Esos minutos no me gustan, tú ahí con la angustia de saber si tu moto es apta o no para circular...Mecánicamente hablando, claro. Porque mi moto, más que apta para circular, es necesaria para la circulación. Porqué?, por bonita.
Llega con los papeles en la mano. Este es para ti, la moto está perfectamente, (hombre, pues claro), y esta pegatina has de ponerla ahí delante, donde se vea.
Sí, sí...le digo mientras lo recojo todo...el chico amable, alias "yo sí que sé la utilidad del botón rojo" también está recogiendo sus papeles.
"En serio hemos de llevar la pegatina ahí delante?", le digo sorprendida. "Huy sí, y romper la estética de la moto..."...
Pues eso digo yo...(ya la pondré el año que viene cuando vuelva...)...


Imágen, Aprilia Compay Custom
(28.02.13)

lunes, 18 de febrero de 2013

Zapatos asesinos...

   Señores, ustedes dirán que no, pero todo me pasa a mí.
Sí, sí, sí. Verán, el viernes estuve con E en un mercadito "cool". No, no lo digo yo, es que se llamaba así. El caso es que me puse unas manoletinas y sufrí un pequeño drama.
Ya sé que ahora estarán sonriendo con el hecho de que haya dicho que fue un drama, pero no. Ponerse las manoletinas, por cierto, no me digan que no es gracioso este nombre para un zapato..., perdón, que nos vamos de tema, les decía que el drama no fue ponerse las manoletinas, el drama vino después.
La cuestión es que conforme iba pasando la tarde, empezaron a dolerme los pies. Mucho. Tanto que después del mercadito y ver un par de tiendas, me fue difícil continuar caminando. Así que como no encontré otros zapatos del mismo color o similar, que sustituyesen a los que llevaba, nos fuimos a tomar un café a nuestra cafetería preferida.
Afortunadamente encontramos sitio a la primera, (mejor, así E no tuvo que matar a nadie, como había amenazado que haría, de no encontrarlo. Es que ultimamente nos estaba resultado algo complicado poder sentarnos y esto le genera tensión y odio hacia las personas que ocupan las mesas con un cafelito durante tres horas). Tras hacer un descanso de un rato para tomar el café y arreglar "el mundo" propio y ajeno, (mientras en mi cabeza resonaba la voz del Sr. Monísimo..."...amore, el café no se toma durante una horaaa, se toma de un sorbooo...")...retomamos el camino hasta llegar cada una a su casa.
Ya en mi patio y muerta de manera provisional, decidí quitarme los zapatos y caminar descalza, aun a riesgo de encontrarme con mi vecino, hasta llegar a mi casa, donde al fin, pude ver el estado de mis pies y...nooooo, horrror!!!
Ustedes saben eso de que el cuerpo humano es inteligente no?, pues eso. De manera manifiesta y dolorosa, mis pies rechazan ciertos zapatos. Se me ha hecho una pupa en los dos. Para ser más dramático, en la planta. Pero no una pupa normal, no. Una es tipo moradura, pero la del otro pie es tamaño isla de Mahón. No, no se crean que estoy magnificando el tamaño del daño causado por el zapato inadecuado para mis pies, aunque propio para la camiseta con un perrito y un corazón, no, que mi amigo R la vio y me dijo que era muy grande y que cómo me había sucedido eso, si yo llevo Converse...
(Amigo R, en ocasiones también me visto como las señoritas y me quito las Converse para ponerme zapatos).
   Cuando suceden este tipo de cosas, en las familias se forma un cónclave y todos opinan y deciden cuál es la mejor solución, porque como ya saben, en ese momento, sale a relucir la faceta de médicos que todos tenemos.
Lávate los pies, ponte agua oxigenada y vuélvetelos a lavar...(yo no iba a discutir con nadie, pero qué sentido tenía ponerse el agua oxigenada y volver a lavarse?)...y luego ponte Betadine.
   El Betadine. Esa gran solución para todo. Esa botella amarilla que contiene un líquido burdeos que en contacto con la piel se torna..., qué color creen que tiene el Betadine cuando se pone en contacto con la piel?, amarillo anaranjado?...
Una, alérgica a las manchas, abre la pequeña botella del líquido burdeos, sí, pequeña porque es monodosis, procurando que no se derrame mientras la sujetamos con una mano y con la otra rompemos el taponcito. En caso de derramamiento, alguien que está a tu lado queriendo hacer lo que tú haces, porque para sus adentros está pensando, esto a mí no me pasaría, te grita un..."haleeeeeeee...ya lo has tirado todooooo..."...mentira. El betadine no se acaba jamás.
Entonces, delicadamente, pones un poco en un algodón. Y en ese momento, llega tu madre. Que no es médico, ni enfermera, ni nada, pero como si lo fuese. Te quita el algodón de las manos y toma el control del Betadine, de un nuevo algodón y de la situación...
   "Quita que eso no se pone así", te dice mientras te hace sentarte y te levanta el pie. Entonces sucede. Coge la botellita y derrama el Betadine sobre la propia herida. Ay amigos, están muy equivocados si creen que ésto es otro drama. Ésto es una tragedia. Porque tú le vas diciendo, con tu intolerancia a las manchas, "que me vas a manchar" y ella repite lo mismo restándole importancia!!!.
"Me vas a manchar, me vas a manchar...ésto se pone así, o es que no lo sabes?", va diciendo mientras controla con el algodón, el desbordamiento innecesario de líquido burdeos. El suelo inexplicablemente, no se ha ensuciado. Eso sí, el pie está todo color amarillo-naranja.

"Pero que ahí no tengo la pupa"...dices tú, por si no se ha dado cuenta del asunto. Pero claro, es que ella ha sacado su faceta de médico no titulado y además es una madre...y ellas SABEN. "Esto se pone así, te dice, si te salpica alrededor no pasa nada".
Si te salpica alrededor, me dice. Pero si tengo un pie que parece que lo haya metido en azafrán...
   Claro, como tengo la herida en la planta del pie, les diré que no puedo caminar bien, por lo tanto, se me carga el gemelo y por extensión me duele la rodilla. Así que voy coja. Lo ven, no?, todo me pasa a mí.
Y ella desde el fondo de la otra habitación..."...y ahora no me vayas andando por ahí, quédate quieta o vas a mancharlo todo"...sí, ahora sí que le molesta que se ensucien las cosas, no?..."...y no te pongas esos zapatos, para qué los compraste?, parece mentira con la cantidad de zapatos que tienes..."...
Por favor...los compré porque pegaban con la camiseta del perrito y el corazón...cantidad de zapatos...si casi no tengo zapatos...




Ilustración, Jordi Labanda.

(16.02.13)

lunes, 11 de febrero de 2013

Otro San Valentín...

   Señores, por si no lo saben, esta semana es San Valentín.
Debe ser complicado que no lo sepan, las tiendas se encargan, como les dije el año pasado, de llenarlo todo de amor comercial, y si no, seguramente su pareja habrá dejado caer algún comentario..., "...huy, fíjate, si el 14 de febrero está ahí al lado...huy que bolso/zapatos/collar/monedero/aparatito tecnológico tan bonitooooo...". Sí, naturalmente, claro que pueden ser inmunes a estas cosas, tengan o no pareja, si no la tienen hagan como hicimos mis amigas y yo el fin de semana pasado. Háganse un regalo a ustedes mismos porque se quieren mucho. Claaaaaro...
   Verán, nosotras decidimos celebrar nuestro propio San Valentín, un día de chicas. Y además, hacernos un regalo, algo así como un San Valentín invisible...(qué de jóvenes queda escrito así, se dan cuenta, no?, parece que tengamos trece años y todo)...así que quedamos para pasar el día en el chalet, comer, hacer una paella, ver películas y dormir todas juntas...Efectivamente, era una convención de pijamas. Pero no pijamas normales, no. Pijamas de ositos, de Kitty, de mariposas, de topos y claro, el mío de Snoopy. Hombre...si les parece llevaremos pijamas de adultos...menuda ocurrencia.
Nada más llegar al pueblecito, descarga de bolsas, maleta...(maleta señores, una trajo una maleta. Sí, ya te dije que lo diría, aunque fuese una maleta "de fin de semana")..., comida, bebida...y parada para inspeccionar ese momento paellero que deriva en varias preguntas, todas ellas encaminadas a saber quién hará la paella, porque en función de eso, habrá que encargar pizza o ir al chino más cercano.
La solución es ir al pueblo, tomarse el aperitivo y encargarla. Sí, es la vía cómoda, pero si lo piensan bien, también es la más limpia y como yo soy de intolerancia a las manchas...pues eso...estuve de acuerdo desde el minuto cero.
   En la mesa se debate sobre el concepto del amor, el que se vive, el que se desea, el que se tiene o no se tiene y el del cine, desde el punto de vista de la que está enamorada y vive junto a su pareja, de la que, simplemente, está enamorada, de la que tiene miedo al compromiso y ha decidido, engañándose a sí misma, que ella no va a enamorarse, de la que está enamorada "a su manera", de la idealista, la cínica...tantas maneras de verlo como amores hay.


Las comedias son bonitas, pero no son reales..., dice una, a ver si nos vamos a creer que un día alguien te abre una puerta y paaam, te encuentras a un hombre que resulta ser..."él", y acto seguido mira a todas, yo he querido rebatir, pero me ha dado miedo como nos ha mirado, así que dentro de mi propio cinismo decido callarme, para variar.
   Tras esa frase lapidaria, aunque cierta, comienza el festival de cine. Helados y más helados de todos los sabores, chocolate, fresa, chocolate con chocolate, coco, chocolate con galletas, chocolate belga...(está claro que una no puede ser alérgica al chocolate, las opciones son menores...)...
Las secuencias de "Algo para recordar", dan paso a las primeras lagrimillas que ayudadas por el vino de la hora de comer, comienzan a surgir, el primer "alguien tiene un kleenex?" hace su aparición, el primero de varios, tantos como personas somos.
Las siguientes películas, dan pie a recordar momentos especiales, personas que están o han pasado por nuestra vida..., ..."...y ver la cara que puso, mereció todo el trabajo...",..."...sólo dos palabras, sólo cinco letras que nadie me había dicho antes...",..."...y me lo dijo cuando fuimos a NY..."...la verdad es que el ambiente está tan azucarado que en nada nadaremos en un mar de almíbar o tendremos que ir a urgencias por un ataque de glucosa.
Para desdramatizar, después de las comedias y los recuerdos acompañados de algún suspiro, toca ronda de regalos (y martinis)...papeles por los aires, con corazones, eso sí, dan la bienvenida a algún que otro collar, bolso, manoletina, gafas...al final habrá que darle la razón al San Valentín comercial, no creen?...todas hemos caído en el tópico típico de regalar algo con corazón o con papel que lo incorpore...en fin...si todos nos quejamos y al final...
   Recojo mi regalo, unas gafas, rojas, y me aparto un poco viendo a las demás reír de manera escandalosa y sonrío...ahora que me han dejado un momento para mi, las miro y pongo, ya saben, banda sonora al momento...

Sus risas, las pequeñas lágrimas, el momento en sí, inevitablemente me han hecho que piense, tal vez demasiado...así que decido, probablemente, engañándome a mí misma, entrar de nuevo en la vorágine de reír de manera escandalosa y celebrar el día de los enamorados, aunque sea cualquier día y no el que marca el calendario, coger un martini y no pensar, posando para la foto que tal vez, el año que viene, nos haga reír recordando el San Valentín del año pasado...
El amor...el amor es algo tan ilógico que nos hace reír para callar sollozos, es una sensación que no puede explicarse, es un gritar calladamente, o tal vez una explosión que te hace justamente gritarlo, porque no puedes callarte..., en ocasiones un dolor que hace que todo lo demás parezca absurdo y pequeño a su lado, una alegría constante o puntual, un infarto provocado por la voz o las noticias de la otra persona, una sonrisa sin darte cuenta, unos ojos que hablan sin decir nada...No, tal vez un día no se abra una puerta y encontremos a alguien que sea diferente a los demás, o tal vez sí...porque los momentos inesperados, a veces, están llenos de cosas que esperábamos...


Ilustración, Jordi Labanda

(10.02.13)

martes, 5 de febrero de 2013

Nuevo móvil...

  Señores, ha vuelto a pasar.
Mi Bb vuelve a tener voz, voto, vida propia y todo lo que quieran atribuirle. Resumiendo, que se ha estropeado y hace lo que ella quiere. Claro que la personifico...no ven que yo quiero escribir y ella decide tratar de impedírmelo?...
No. Se equivocan, no es un drama. Porque la anterior Bb TAMBIÉN comenzó de pronto a tener vida propia. Me consuela saber que la de mi amiga E también está tomando estas decisiones. Si no, una pensaría que tiene un poder especial para tarar terminales Blackberry.
   La cuestión es que E y yo, vamos a cambiar de móvil. Claro, las dos a la vez. Las dos entramos al mundo Bb, a las dos se nos ha tarado y es normal y lógico que las dos salgamos, muy a nuestro pesar, de ese mundo.
Ella, mi amiga digo, lo tiene ya claro, quiere un Iphone. Yo no...pero después de mucho mirar, ya lo tengo claro. Creo que quiero otro. Sí, se que decir en una misma frase, "lo tengo claro" y después "creo" es una contradicción. Es que a veces soy una contradicción.
Vamos a entrar al lado oscuro, como lo llama mi amigo R.
Es que de todos lo que hemos visto, me parece el más...(     ) y además, es el más...(    ). Yo me compraría un Nokia saben?, pero es que los que he visto, no me han gustado en exceso y puestos a no entender...pues sin frenos y cuesta abajo, a por la manzana.
   Así que cogimos la otra tarde y nos fuimos al almacén del triangulito. No, no era domingo. Ya saben ustedes que comprar en domingo es una aberración y si no lo saben se lo digo yo. Comprar en domingo es una aberración, sobre todo teniendo en cuenta que el triangulito abre doce horas al día...quiero decir...tiempo para comprar se tiene, el domingo está hecho para otras cosas.
   Les decía, que fuimos al puestecito de nuestra compañía telefónica, porque como tenemos puntos...por lo menos emplearlos. Pero claro, como tenemos pocos, tampoco es que sirvan de mucha ayuda. Efectivamente, se tienen pocos porque ahora no se habla, sino que se mandan mensajes de whatsapp. O de Line, si uno ya ha evolucionado tecnológicamente.
Llegamos a nuestro córner de la compañía telefónica y no les va el ordenador.
Es una señal, le digo a E. Que va, dice ella, vámonos a Apple.
Me imagino que la tienda Apple es para las personas que les encanta la tecnología, como para mí Louis Vuitton...aaaaay....
Yo ya les digo que voy con ciertas reservas...me parece un teléfono MUY. Muy caro y muy complicado.  
   Nos atiende nada más cruzar la puerta una chica con una tablet en la mano y nos indica dónde están los teléfonos. Nos dirigimos a la gran mesa y ya tenemos a un chico esperando para atendernos...cuánta eficiencia...
Nos está contando las maravillas de tener un iphone, cualquiera diría que si lo compramos vamos a volvernos más esbeltas y se nos va a desintegrar la celulitis, sobra decirles que no entiendo nada de lo que está diciendo...pobre. Y el chico en plan, "...múltiples aplicaciones muy útiles..."...yo no quiero contradecirle, así que le digo a todo que sí y por lo que veo E hace lo mismo, porque está toda seria asintiendo, al terminar, me pasa el móvil con el que E ha hecho un video de la tienda y yo una foto panorámica y me dice que puedo dejarlo donde estaba, que no me preocupe. Es ahora cuando viene el drama. Yo quiero dejarlo donde estaba, pero el móvil no quiere quedarse. Tampoco quiero encajarlo así sin más, no vaya a ser que lo rompa y tenga que pagar dos, el mío y el de muestra, así que lo dejo como mejor me viene, sujeto en el soporte y por lo bajo le digo a E que en realidad no lo he puesto bien.
   El chico me ha oído. Sonríe, viene hasta mí y me lleva del brazo hasta el móvil que no ha querido cooperar...mira, me dice, se pone así. No crean que he obviado que me está cogiendo del brazo un desconocido y llevándome hasta el telefonito, es que como estoy como un tomate, he decidido no pensar en ello demasiado.

Alguna pregunta?, nos dice. Alguna?, pienso yo...alguna no, muchas. Parece fácil, le digo, claro, que todo ésto parece fácil hasta que llego yo y se complica. Que va, me dice, parece complicado pero no lo es. Uuuh, ya te digo yo que sí, con el móvil viene un duendecillo que te enseña a utilizarlo?...
   E se ha decidido y se lo lleva. En blanco. Yo lo quiero negro. Ahora hay que buscar una carcasa...otro mundo paralelo...nos espera un panel lleno. Con lo indecisa que soy...
En serio, creo que no voy a saber usarlo, le voy diciendo a E mientras vamos a pagar...pero ahora ya está hecho...hemos pasado al lado oscuro...
   Al marcharnos, vemos al chico que nos ha atendido con otro compañero, le decimos adiós con la mano y se acerca con un papel...
Toma, es mi teléfono, por si no te aclaras con tu nuevo móvil... ;-)
...Aaaah...vaya...ya empieza a tener ventajas tener un iphone...


Iphone, Apple

(05.02.13)