lunes, 18 de febrero de 2013

Zapatos asesinos...

   Señores, ustedes dirán que no, pero todo me pasa a mí.
Sí, sí, sí. Verán, el viernes estuve con E en un mercadito "cool". No, no lo digo yo, es que se llamaba así. El caso es que me puse unas manoletinas y sufrí un pequeño drama.
Ya sé que ahora estarán sonriendo con el hecho de que haya dicho que fue un drama, pero no. Ponerse las manoletinas, por cierto, no me digan que no es gracioso este nombre para un zapato..., perdón, que nos vamos de tema, les decía que el drama no fue ponerse las manoletinas, el drama vino después.
La cuestión es que conforme iba pasando la tarde, empezaron a dolerme los pies. Mucho. Tanto que después del mercadito y ver un par de tiendas, me fue difícil continuar caminando. Así que como no encontré otros zapatos del mismo color o similar, que sustituyesen a los que llevaba, nos fuimos a tomar un café a nuestra cafetería preferida.
Afortunadamente encontramos sitio a la primera, (mejor, así E no tuvo que matar a nadie, como había amenazado que haría, de no encontrarlo. Es que ultimamente nos estaba resultado algo complicado poder sentarnos y esto le genera tensión y odio hacia las personas que ocupan las mesas con un cafelito durante tres horas). Tras hacer un descanso de un rato para tomar el café y arreglar "el mundo" propio y ajeno, (mientras en mi cabeza resonaba la voz del Sr. Monísimo..."...amore, el café no se toma durante una horaaa, se toma de un sorbooo...")...retomamos el camino hasta llegar cada una a su casa.
Ya en mi patio y muerta de manera provisional, decidí quitarme los zapatos y caminar descalza, aun a riesgo de encontrarme con mi vecino, hasta llegar a mi casa, donde al fin, pude ver el estado de mis pies y...nooooo, horrror!!!
Ustedes saben eso de que el cuerpo humano es inteligente no?, pues eso. De manera manifiesta y dolorosa, mis pies rechazan ciertos zapatos. Se me ha hecho una pupa en los dos. Para ser más dramático, en la planta. Pero no una pupa normal, no. Una es tipo moradura, pero la del otro pie es tamaño isla de Mahón. No, no se crean que estoy magnificando el tamaño del daño causado por el zapato inadecuado para mis pies, aunque propio para la camiseta con un perrito y un corazón, no, que mi amigo R la vio y me dijo que era muy grande y que cómo me había sucedido eso, si yo llevo Converse...
(Amigo R, en ocasiones también me visto como las señoritas y me quito las Converse para ponerme zapatos).
   Cuando suceden este tipo de cosas, en las familias se forma un cónclave y todos opinan y deciden cuál es la mejor solución, porque como ya saben, en ese momento, sale a relucir la faceta de médicos que todos tenemos.
Lávate los pies, ponte agua oxigenada y vuélvetelos a lavar...(yo no iba a discutir con nadie, pero qué sentido tenía ponerse el agua oxigenada y volver a lavarse?)...y luego ponte Betadine.
   El Betadine. Esa gran solución para todo. Esa botella amarilla que contiene un líquido burdeos que en contacto con la piel se torna..., qué color creen que tiene el Betadine cuando se pone en contacto con la piel?, amarillo anaranjado?...
Una, alérgica a las manchas, abre la pequeña botella del líquido burdeos, sí, pequeña porque es monodosis, procurando que no se derrame mientras la sujetamos con una mano y con la otra rompemos el taponcito. En caso de derramamiento, alguien que está a tu lado queriendo hacer lo que tú haces, porque para sus adentros está pensando, esto a mí no me pasaría, te grita un..."haleeeeeeee...ya lo has tirado todooooo..."...mentira. El betadine no se acaba jamás.
Entonces, delicadamente, pones un poco en un algodón. Y en ese momento, llega tu madre. Que no es médico, ni enfermera, ni nada, pero como si lo fuese. Te quita el algodón de las manos y toma el control del Betadine, de un nuevo algodón y de la situación...
   "Quita que eso no se pone así", te dice mientras te hace sentarte y te levanta el pie. Entonces sucede. Coge la botellita y derrama el Betadine sobre la propia herida. Ay amigos, están muy equivocados si creen que ésto es otro drama. Ésto es una tragedia. Porque tú le vas diciendo, con tu intolerancia a las manchas, "que me vas a manchar" y ella repite lo mismo restándole importancia!!!.
"Me vas a manchar, me vas a manchar...ésto se pone así, o es que no lo sabes?", va diciendo mientras controla con el algodón, el desbordamiento innecesario de líquido burdeos. El suelo inexplicablemente, no se ha ensuciado. Eso sí, el pie está todo color amarillo-naranja.

"Pero que ahí no tengo la pupa"...dices tú, por si no se ha dado cuenta del asunto. Pero claro, es que ella ha sacado su faceta de médico no titulado y además es una madre...y ellas SABEN. "Esto se pone así, te dice, si te salpica alrededor no pasa nada".
Si te salpica alrededor, me dice. Pero si tengo un pie que parece que lo haya metido en azafrán...
   Claro, como tengo la herida en la planta del pie, les diré que no puedo caminar bien, por lo tanto, se me carga el gemelo y por extensión me duele la rodilla. Así que voy coja. Lo ven, no?, todo me pasa a mí.
Y ella desde el fondo de la otra habitación..."...y ahora no me vayas andando por ahí, quédate quieta o vas a mancharlo todo"...sí, ahora sí que le molesta que se ensucien las cosas, no?..."...y no te pongas esos zapatos, para qué los compraste?, parece mentira con la cantidad de zapatos que tienes..."...
Por favor...los compré porque pegaban con la camiseta del perrito y el corazón...cantidad de zapatos...si casi no tengo zapatos...




Ilustración, Jordi Labanda.

(16.02.13)

2 comentarios:

  1. Hhhh que gran drama con los zapatitos espero que te has recuperado con tus curas de BETADINE !!!!;)♥♥♥♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siiiii....el Betadine al parecer, lo cura todo...jajajajaja... <3 <3

      Eliminar