lunes, 30 de noviembre de 2015

Plantillas y zapatos...

   Señores...
qué iba yo a decirles?...no, que mi vida es un drama no, eso ya lo saben. Y saben porqué es un drama?, pues se lo voy a decir, porque todo me pasa a mí.
   Qué me ha pasado ahora?, pues se lo voy a contar.
   Se trata de mi pie. Me duele. Mucho.
Ya está quejándose, dirán ustedes, es que se queja de todo...
Y oigan, no les quito razón, me quejo de casi todo. Pero lo del pie es otra cosa.
Y haciendo un esfuerzo porque ya no podía más con mi vida y con mi propio drama fui al médico. Y le conté lo del pie y otras cosas que no tenían que ver con él, pero que ya que estaba...Y el médico me hizo un volante y fui al otro médico. El traumatólogo.
Pero no mi doctor S, no. Otro. Y yo quiero volver con mi doctor S. El doctor S me comprende.
Y no me juzguen, no quiero que piensen, por dior, que no creo en la sanidad pública. Sólo creo que los médicos no profesionales me tocan a mí, porque como ya les he dicho antes, todo me pasa a mí.
Pero vayamos por partes..., primero el médico de cabecera.
Porqué se le llama médico de cabecera?, porqué ese nombre?...bueno no importa...
Llegué al médico, esperé, esperé...(oooooooooj)...y cuando entré le expliqué que me dolían el pie y los dedos y como ya estaba allí aproveché para contarle otras dolencias ya que no soy muy dada a visitarlo.
Los dos convenimos que tenía una inflamación...(yo antes, porque yo en mis ratos libres soy médico. Pero médico de lo que sea)...así que como cabía esperar, me hizo un volante para el traumatólogo.
Que digo yo otra cosa, porqué lo llaman volante si es un papel?, en fin...
   Y un mes después fui al traumatógo.
Llegué a la consulta, esperé, esperé...y cuando entré por la puerta y antes de poder llegar a sentarme en la silla frente al doctor esto fue lo que escuché...
   "Tratamiento ortopédico o quirurjico eh?, pues opérate".
Y lo dice así. Sin más. Sin un hola, ni un buenos días, ni un nada.
Cuando llegué a la silla dije casi en un susurro...operarme?...a lo que el señor médico me contestó un..."...hombre yo no lo haría porque es una operación algo complicada sabes?"...
(Entonces porqué me dice que me opere?).
   "Si quieres, continuó, te vas al chino y te compras unas plantillas, pero claro...si al final acaba siendo genético..."...
(En serio?...y yo sin poder hacer una broma sobre las cosas que eran genéticas o no sobre su persona).
Después de ver mi cara de sorpresa y con aire condescendiente añadió un..."...bueno, que si no quieres ir al chino, vas a una ortopedia y que te hagan unas plantillas. Subraya eso en el informe...", le dijo a la enfermera o secretaria con bata blanca o lo que fuera que hiciese allí esa señora, "bueno...pues ya está..."...
   Y yo con un hilillo de voz..."pero no quiere verme el pie?"...y el hombre en un suspiro..."bueno, si quieres enseñármelo..."...
(Hombre, no es que quiera, es que es donde tengo el problema).
Y tras enseñarle el pie y sin mirar, repitió lo de las plantillas y me marché.
   Me marché a la ortopedia donde sí fueron amables conmigo. Y me han hecho unas plantillas...no puedo ponerlas en mis zapatos...la vida de mis zapatos es un drama.
"No puedes llevar manoletinas ni las zapatillas que traes ahora", dijo la dependienta.
   Ustedes saben que las converse de bota llevan una estrella no?, pues del disgusto a las mías le cayeron dos puntas.
"Si no tengo otra clase de zapatos", le dije. Y la mujer, "no?, uy no, no, esa clase de zapato es lo peor que puedes llevar".
(Y qué quiere que haga?, llevar Chaneles?...Como comprenderán, luego tuve que consolar a la pobre bota que se sintió muy dolida).
   Y hoy he tenido que ir a comprarme zapatos nuevos. Lo que sería una alegría para alguien como yo, hoy es un aburrimiento.
He de comprar zapatos nuevos porque mis más de treint...bueno mis muchos zapatos no me sirven ahora...

  
   Y la perspectiva de comprar zapatos "especiales", no me entusiasma nada.
No me reconozco. Ir a comprar zapatos y no divertirme.
De hecho ha sido una tortura. Han tenido que sacarme una foto del NO del anuncio de las drogas para que comprendiese que en Pretty Ballerinas no había nada para mí.
Dando vueltas por la planta de zapatería estaba como alma en pena hasta que he sido rescatada por una señorita muy aseñorada que ha comprendido mi nueva situación de zapatos y de inmediato me ha mostrado unos cuantos modelos.
Y yo suspirando por unas bailarinas...
   Al final he tenido que conformarme con unos a lo Mary Poppins...ahora sólo me falta el paraguas para irme volando...si es que...




(30-11-15)

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