viernes, 13 de enero de 2012

Mr. Big

     Alguna vez conocieron  a alguien que les hizo replantearse todo aquello para lo que siempre habían utilizado la palabra nunca?, que tiró abajo todos sus planteamientos racionales?, alguien que sin conocer, era como si lo conociesen desde siempre?, alguien que si falta se le echa tanto de menos que duele?, alguien por el que lo dejarían todo?, conocieron alguna vez a alguien que les gritase cuanto les quiere, porque si no lo decía así, reventaba?...
     Se dice que los días pasan, conocemos a un montón de gente y un día conoces a una persona y cambia tu vida. Eso mismo sucedió cuando conocí al Sr. Monísimo.




Cierto es, (y perdóname), que cuando sucedió, no tenía pretensión alguna de ser simpática con él...pero me ganó su manera de hacerme reír...aún hoy lo sigue haciendo...
Recuerdo esos días hablando, detrás del muro que había ante mi, a causa de un pretérito desencanto, rechazando la idea de dejarle ver más allá de la pequeña grieta que le concedí.
Aquellos días que se presentaban aburridos por diversos motivos, él los alegraba con su presencia... "Porqué no le dejas que te conozca?", decía A, (mi sufridora consorte), "ya sabes porqué, y además, ya lo hago" contestaba yo, desde la seguridad que me daba la distancia, "no, que conozca a la R de verdad...a la que conozco yo"...
Entonces la grieta empezó a quebrarse, a hacerse grande, el muro se fue rompiendo sin que yo me diese cuenta, sin tiempo a ir reconstruyendo aquellos trozos que él fue tirando abajo hasta que un día ya no quedó nada de aquello. Y yo sin ver que no sólo era el muro aquello que ya no estaba, sino también la presencia de aquél por quien lo construí. Y así, sin pedir permiso, de una manera muy discreta, entró en mi vida. No hizo ruido, pero revolucionó todo.
     Mi propio Mr. Big es muy parecido, pero muy distinto a mi. Es un contrasentido, está lejos y cerca, es aparentemente controlador y en realidad no controla nada..., no deja que le mire a los ojos color chocolate demasiado tiempo, porque teme que sea yo quien tire abajo su propio muro, ese que necesita, que está en parte derruido y él todavía cree en pie, ese con el que sin él, se convertiría en lo que en realidad es...porque no tendría el apoyo de sus máscaras.
     Oí una vez de un amigo, que uno se da cuenta de que está enamorado cuando ya es demasiado tarde.
Y yo, que suelo llegar tarde a casi todo, no iba a hacer una excepción en este caso... La sospecha me vino cuando me dijo que él siempre ganaba a todo, yo le respondí que era yo la que nunca perdía, (porque no iba a ser menos, ya saben), ahora ya no, concluyó. Y me quedé sin respuesta, sorprendiéndome a mi misma ante la perspectiva de dejar ganar a otro...y que no me importase.
Como el hecho en sí, me pareció raro, decidí hacer una comprobación de la realidad con mi amiga A... "...así que vas a dejar ganar a otro?...mmmm...impresionante...si que te...", "ssssssshhhhhttttt, no lo digas, porque si no lo dices no está pasando". (Sí, mis amigas y yo misma, tenemos nuestras propias teorías, esta es una de ellas). "No, sabes que pasa?que es de esta clase de persona que siempre tiene que tener razón y siempre tiene que ganar, sabes como te digo?, pues no me dice que si gana él yo no pierdo?, que ganamos los dos?, pero quién dice ese tipo de cosas?", "alguien como tú?"...(Para que vean ustedes....eso es ayuda...).
De la mano de mis sufridoras consortes, alias amigas E y A, descubrí que es cierto, que cuando uno se enamora se da cuenta cuando ya es tarde y no hay teoría dicha en silencio o en voz alta que lo impida. Y sin muro, sin máscara, sin nada con que protegerme, el día que lo asumí, salí corriendo...aun así, como siempre gana... :/ ...me ganó también esta carrera.
     Siempre que voy a trabajar paso por el sitio donde quedamos la primera vez y no puedo evitar recordar ese día, verlo llegar con sus gafas de sol, su sonrisa y sus pantalones verdes logo de Benetton...(sí, yo llegué antes, seguro que lo hizo adrede para hacerse esperar...y sí, eran verdes logo de Benetton)...y acercarse a mi y decir, "Por fin". Ningún tipo de saludo, nada más esas dos palabras, y abrazarme tanto y tan fuerte, que entre sus brazos me sentía alguien frágil, que podía romperse en cualquier instante, pero sabiendo que no sucedería porque me estaba abrazando. Consciente de que el mundo se había parado en ese momento y sólo estaba su risa, mis ojos marrón verdoso, los suyos, nosotros...
     Ha pasado mucho tiempo desde aquel día y aun así es inevitable no esbozar una sonrisa al pensar en cada recuerdo que tengo con él, imposible no sentir ese pequeño mini infarto, seguir riendo con sus cosas y las mias, seguir leyendo en mis ojos cuando lo miro y le acaricio sin necesidad de tocarlo...seguir haciendo cada momento especial y seguir siendo su única.
Sigues siendo aquél ayer, hoy, mañana, siempre.
A te...





Ilustración Jordi Labanda
Fotograma, Sexo en Ny

(11.01.12)

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