lunes, 17 de abril de 2017

Triste despedida (1)


12-04-17

   Te vas a ir. Es oficial.
Ahora es cuando uno entiende lo insignificantes que somos.
Ahora es cuando uno entiende que las ocasiones especiales no siempre tienen fecha, que "reservar" las cosas para un determinado día, no siempre es lo mejor porque a veces ese instante pasa. O no llega. O no es como lo habíamos planeado.
   Ya no vas a regalarme ese vestido que tanta ilusión te hacía. Lo siento. Siento no haberte podido dar esa satisfacción.
Decía para hacerte reír, que a juego con un bolso y tú decías que ese día no se llevaba.
Yo sí!, te decía yo.
   Lo compraré para recordarte.
No ahora. Ahora no me haría feliz. Pero lo tendré.
Lo tendré para recordar que siempre te decía, puedes pasarte y lo recoges, ya está encargado.
Lo tendré que recoger yo...total, lleva años encargado.
   Me has enseñado muchas cosas, te lo digo de verdad.
Te preocupabas tanto...siempre queriendo controlarlo todo, siempre queriendo cuidar de todos, siempre lidiando con tu propio genio y tu orgullo, que siempre se acababa disolviendo finalmente.
   Supongo que de algún modo nos ayudaste a todos.
Me divertía ir a comprar mis reyes y los tuyos. Empaquetarte las cosas y dejártelo todo preparado.
Enseñarte las cosas.
Me gustaba subir y beberme una cerveza después de declinar tu té.
Redescubrir el bitter y llevarme lo que fuera de tu larga lista de llévate esto o lo otro.
   Nunca fui demasiado cariñosa contigo, no tanto como los demás.
Y tú demandabas cariño.
Quizás, una vez más, daba por hecho que sabía que lo sabías.
   Hoy entiendo, sin que aún te hayas ido, que si quieres a alguien has de decírselo.
Debes decírselo.
   Será por la falta de costumbre que no sé hacerlo.
Ni siquiera puedo ir a verte, porque no quiero ver esa realidad.
Tú que sólo querías la manta que te regalé y yo que no quiero, no puedo verte así.
Perdóname.
Perdóname si no he sabido demostrarte que te quería, perdóname si he hecho algo mal.
   Ahora uno siente que le falta tiempo.
Ahora necesito poner mi vida patas arriba para poder ordenarla.
Que no debería perderme nada y que podemos tener todo y no tener nada.
   Ahora siento que tengo que decir lo que siento, porque tal vez otro día sea demasiado tarde.
Ahora siento que necesito viajar como tú lo hiciste. Y lo haré.
   Tú, que te desvivías por los demás, tú pequeña hormiguita.
Yo también seré hormiguita, ya lo verás.
   Me cuesta creer que ya se haya acabado la hora del té o de la cerveza, dependiendo del día.
Que no vayas a interrumpir al DVD mientras sonaba una ópera para comentar lo jóvenes y guapos que eran los cantantes.
Ya no vas a invadir mi espacio en la mesa...
   Como cada año, me he comprado algo de tu parte por mi cumpleaños, porque tú no ibas de compras, siempre me decías, cuando veas algo que te guste, cógelo.
   Has sido una luchadora siempre y siempre lo seguirás siendo. Aunque no lo creas, aunque no lo sepas, me has enseñado mucho. Te lo aseguro.

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