Al hacer la maleta para volver, las cosas siguen sin caber, es más, inexplicablemente se han multiplicado. "D voy a tener que meter cosas en tu maleta porque en la mía no caben". "Otra vez?, pues dobla más la ropa". "Ö no puedo doblarla más porque...(la excusa que buscaba no aparecía)...no puedo...mira ya lo doblada que está...". "Venga ya, dobla eso, eso y la chaqueta...". "ÖÖ...es una chaqueta de smoking, no se doblan, pero en qué estás pensando?"...(El pobre, como es muy sensato, no me preguntó en qué estaba pensando yo).
Antes de que el coche viniera a recogernos (sí, soy de esas personas que espera que la esperen en el aeropuerto con un letrero con su nombre, un ramo de tulipanes, una sonrisa...y a la vuelta igual...en fin....), decidimos dar una vuelta por el centro. D se compró algo de comer, yo no comí ante el pensamiento de que me sucediese algo tan antiestético como vomitar en público y más concretamente en un avión.
Las sensaciones que experimentas en ese momento son extrañas, por un lado, no quieres dejar la ciudad que has ido a visitar, no quieres que esa nueva experiencia que has vivido termine, no quieres que los días de relativo relax acaben. Por otra, te invade un cierto deseo de volver a tu casa, que parece muy lejana. Esos sentimientos contrapuestos se van debatiendo en tu interior mientras vas viendo cada rincón, haciendo como una fotografía de cada lugar, de cada momento que allí has vivido para llevártelos siempre en tu recuerdo, tu pensamiento y tal vez, en tu corazón.
Así recuerdo yo ese hasta luego, mirando cada rincón con los ojos vidriosos, despidiendome en silencio, pensando, no sé cuando, pero volveré, queriendo retener cada sensación, cada instante en mi memoria para poder recuperarlo siempre que quisiera...por eso no podía decirle adiós a esa ciudad, porque sé que un día volveré...
El Sr. Monísimo dice que volveré con él...y yo sonrío ante la perspectiva de que eso pueda ser cierto...ya nos imagino por ahí paseando mientras de banda sonora suena "Sous le ciel de París, de Yves Montand". Yo perfectamente vestida con mi falda nueva de encaje, comprada para la ocasión, sueter rosa a juego con el raso de la misma y un doctor bag en la mano. El Sr. Monísimo a juego conmigo, o sea...ideal ;-) . Lo sé, no lo puedo evitar, sufro el mal de las películas de amor. Como decían en una conocida cinematográfica historia de amor... "...usted y yo vivimos en el mundo real...casi siempre".
Pero volvamos a la realidad, os seguiré contando que yo no comí, pero D tampoco...con el ajetreo de meter todas las cosas en el coche que nos llevaba al aeropuerto se olvidó la comida en el hotel. Pobre. Estaba consternado.
Cámara en mano, porque lo grabó todo, decidió también, no hacer una excepción con el trayecto en coche.
La idea de correr en coche me gusta tanto como un escupitajo en el pelo...idea que por lo visto, no compartía el conductor. Seguramente lo esperaban para tomar café o tal vez estaba afectado porque nadie lo esperaba, el caso es que decidió que en un período corto de tiempo llegaríamos a nuestro destino, vivos o muertos. Y esto último fue en sentido literal.
Aparté la vista del cuenta kilómetros cuando llegamos a 140 y miraba de reojo a D mientras le decía en voz baja, " no vamos un poco rápido?, vamos a 140". Ni me contestó, sólo dijo, "jaaaaaaaa", lo que dió pie a la siguiente pregunta..., "no vamos a 140 verdad?". Y movió la cabeza con gesto de negación...,"150?", mismo gesto acompañado de un, "...voy a grabarlo y después cerraré la cámara".
Pensamiento..."ves?, ya da igual el miedo al avión, total, este hombre va a matarnos....", pero lo peor estaba por llegar...el conductor apartó la vista de la carretera para mirar unas notas que tenía en el asiento!!!!! D y yo nos miramos con ojos de dementes mientras nos acercábamos peligrosamente al coche que teníamos delante. El hombre con una precisión de reloj suizo y una importante frenada, paró justo antes de chocar con él...(el otro conductor y nosotros aún lo recordamos)...
Nada más llegar al aeropuerto facturamos y yo fui al aseo a ver si tenia los ojos ya metidos en sus órbitas y algo de color. A la salida dos policías metralleta en mano apuntándonos nos pidieron a una pareja y a nosotros mismos la documentación. Era oficial, nunca más iba a volver a recuperar el color...y claro, como yo soy de tamaño concentrado veía claramente el arma apuntando a mi persona mientras pensaba que lo único que quería era volver a mi casa.
Mientras D decía muy bajito..."esto nos pasa por ir al aseo, la culpa es tuya, si es que tenías que haber esperado al avión, claro, ahora da igual, porque lo vamos a perder...".
Qué bonito...en momentos de crisis echándo la culpa al otro, de quién lo habría aprendido?...se veía claramente que la culpa era del policía o la otra pareja...Ö...qué le hacía sospechar de nosotros?
Después de esos dos sustos, poco importaba,como ya os dije, el piloto, la maleta, el valium y el miedo a volar...aunque supongo que estar acompañada de alguien que te da la mano...siempre ayuda.
Dónde fuimos y de dónde regresabamos?...De Roma. Pero eso...ya es otra historia...
(05.12.11)
jejejeje pero que bien nos lo pasamos eh! jejeje que grande!!!!!!
ResponderEliminarDocumentación por favor... y la pareja que venia detrás como el que va a comprar pan... cagandose en nosotros dos, que lo único que hicimos es estar en el sitio y momento inoportuno, claro sino nos hubiesen seguido de cerca.... jaaaaaaaaa bueno que sepáis todos que íbamos a 160km/h en el coche y el pirado italiani se agacho para coger una cosa del asiento del copiloto, y ESTA GRABADO EN VIDEO. Que risas me he pegado recordando todo esto...
Entonces la culpa seria tuya....llevabas barba?jajajajaja...a lo mejor seria por eso...Pero tú en voz bajita..."eso por ir al baño, vamos a perder el avión..."jajajajajaja
ResponderEliminar160?....a mi me parecía más...y mira que yo iba frenando con los pies, porque me veía en el coche de delante diciendole al hombre, holaaa, bueno, mejor dicho, ciaaoooo