El otoño es una de mis estaciones preferidas del año. Principalmente es porque deja de hacer un calor sofocante, ayer lo hablaba por bb con mi amigo N. Él tampoco es amigo del calor, claro que él quiere que llegue el invierno. Pasando del otoño. Otoño no, me dijo, INVIERNO YA!!!!! Así me lo dijo, en mayúsculas, que cuando se trata de mensajes telefónicos, todos sabemos que es como si uno gritase. Mi amigo N no es amigo del verano, ni de las medias tintas, directamente que sea invierno. A veces me pregunto cómo podemos parecernos tanto y a la vez ser tan distintos...él dice que es muy aries y que por eso es así. Y yo, que también soy muy aries, sé que en realidad, lo que le gusta es seguir alimentando su fama de ser un totalista, un "blanco o negro", aunque sabe que los grises son muchos...qué más da?, yo lo quiero igual...
Es cierto que el otoño trae de la mano días nostálgicos, nos deja la resaca del verano, que está a la vuelta de la esquina que acabamos de doblar, nos trae días lluviosos, las hojas de los árboles se caen, volvemos a la rutina, Armando Manzanero canta "...el otoño vi llegar y no estabas tú...", pero a mí me ha encantado siempre.
Hace algunos años, en otoño, hice un viaje a Roma, no la que yo esperaba encontrar, que no existe porque está en mi cabeza, sino la de verdad. Y un otoño conocí a una persona tan especial que se convirtió en el amor de mi vida, el Sr. Monísimo.
Pero no es sólo por eso que me encanta esta estación, me ha gustado siempre...el otoño viene acompañado de ese pequeño airecillo que te invita a abrigarte sutilmente.
Estilisticamente se podría decir que es como la primavera pero con botas. Ansío que llegue ya...tanto como un niño ansía gominolas a la puerta de un Belros.
La mayor parte de las personas se quieren aferrar al último rayo de sol, a seguir manteniendo su tono dorado y yo, que soy blanca todo el año, lo que quiero es que todo ésto termine para sacar mis bailarinas de animal print.
Siempre he sido reacia a ese tipo de estampado, pero me encapriché de unas tipo cebra y bueno...no pondré ninguna excusa, las realidades eran dos. Las necesitaba y las necesitaba. Sí, es cierto, no era una necesidad vital, pero como dije en una ocasión anterior, los zapatos se necesitan y ese era mi caso.
El otoño es una invitación en blanco para volver a sacar fulares, gorros, sombreros...adoro los sombreros, no entiendo porqué las personas no llevan más. Siempre he mantenido que cuando te pones uno te transformas. Reafirmas tu personalidad con sólo un complemento. Un sombrero lleva implícito que a su dueño le gusta ser mirado...porque cuando uno se pone un sombrero, asume que lo van a mirar. Y que para bien o para mal, dará que hablar.
Las sandalias se quedan a dormir en el armario y nos ponemos las botas...algunos hasta lo cumplen a pies juntillas...(esto me recuerda que este año "necesito" unas de caña estrecha y color marrón chocolate para salir a "otoñear").
Además llega ese "momento cardigan", como diría B.I., ese espacio de tiempo en el que, no abandonamos la manga corta pero le da la mano la larga con una chaquetita de punto.
Mi amiga E me ha hecho amar los cardigan. Ella siempre los lleva, así que me he hecho fan. La culpa es suya...en el fondo yo soy débil...
Ella los ha llevado toda la primavera y como la hemos pasado juntas...pues al final todo se pega..., y uno se pregunta como algo tan simple como una chaqueta de punto puede dar tanto juego. Que no quieres prescindir aún de tus vestiditos y aún no hace tiempo de ponerse un blazer o una cazadora de piel?(y dios bendiga al que diseñó la mía marrón), pues con tu cardigan a todas partes.
En fin...que después de hablar de botas, fulares, sombreros me veo en la obligación de llamar a E y que me acompañe al centro en busca de esos cartelitos de nueva temporada...ciao,ciao!!
(17.08.11)
Adoro el otoño ! Vivan loa cárdigans, las botas y si los zapatos de cebra tambien porque como no, tambien los necesito... me encanta tu visión de las cosas y la comparto. Besoss guapa !
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