Un año.
Ya ha pasado un año desde que te fuiste "al arcoíris de los perros" y no hay día que no te piense. Me has dejado un vacío tan grande...
De hecho, el vacío sigue aquí. En toda la casa, en el sofá, en el hueco donde estaba tu cama, tu almohadón, en el trozo de cama que cogías para acurrucarte conmigo. En el silencio.
365 días que se han marchado sin que me diera cuenta, se me han escurrido como la arena entre las manos y te aseguro que te echo de menos cada día.
Ya no me recibe tu alegría, ya no te abrazo fuerte, ya no sujeto con mi brazo tu pata ni te cojo la oreja o te doy mil besos y te hago un montón de fotos.
Ya no hay conversaciones inventándote nombres ni miradas de lado cuando te hartabas. Ya no estás a mi lado cuando me siento en cualquier parte, ni hay consuelo cuando me venía abajo y lo intuías.
Ya no he vuelto a dormir en el suelo como hice aquella noche, aquella madrugada en la que me despertaste para despedirte de mí. Aquella no fue la primera vez que lo hacía, pero sí que fue la última.
La vida sin ti es diferente.
Camino por la calle tranquila, miro a las personas que pasean con sus perros y les sonrío. Ellos me devuelven la sonrisa. En ocasiones veo algún perro como tú y de inmediato siento la necesidad de tocarlo como si así pudieras volver a mí de algún modo...después me disculpo con el dueño y le explico que tenía un perro como el suyo. A veces hasta saco el móvil y les enseño tu foto...es un modo de justificar el acariciar a un perro que no es el mío, seguramente más de lo estrictamente aceptado para un desconocido. Entonces por cortesía, me miran y sonríen en señal de apoyo. Yo les devuelvo una sonrisa de agradecimiento. Lo que nunca saben es que mientras, lloro por dentro.
Eras tan especial, tan guapo...
Lo sé, todas las personas piensan lo mismo de sus perros, pero es que tú lo eras de verdad.
Eras tan fuerte...tan bonito, tan especial...¿Sabes eso que dicen de que los perros se parecen a sus dueños?, siempre pensaba que con nosotros se daba esa circunstancia...siempre corriendo por las escaleras, por la calle...tú apartando con la pata y yo tomando distancias. Tú tan amigo de "algunos" perros del barrio y de otros no...como nos ocurre con las personas ¿verdad?
Eras un luchador mi bb mundial, luchaste hasta el último momento y después tomaste la decisión de despedirte de mí como lo que siempre fuiste, un señor, mi Signore Pipo.
Este año ha sido muy difícil sin ti, yo no soy tan fuerte como tú aunque la vida se empeñe en hacerme ver que sí, sin tu compañía los días son extraños, sin tu amor incondicional me he encontrado muchos días sola. Mi popi...
Llené la casa de fotos tuyas, para decirme a mí misma que aunque no estás, estás. Las miro y te recuerdo, te recuerdo cada día.
Qué injusto, qué injusto que la vida te alejase de mí. Yo solo quería tu bienestar por encima de todo, que fueras feliz con nosotros, hacer oídos sordos a las palabras feas que te dedicaban aunque a veces no era fácil. Pero a ti todo eso te daba igual, tú eras feliz cuando llegaba a casa, cuando te decía "vamos a ir a un sitio" y sabías que nos íbamos en coche. Porque solo utilizaba esa expresión cuando íbamos en coche. Subías contento y bajabas nervioso porque tenías un jardín enorme para correr para ti solo. Y yo te miraba feliz mientras tú ibas de un lado a otro y en ocasiones eso era lo único que necesitaba.
No nos separamos jamás. Y para una vez que lo hicimos me sentí del todo extraña. Te dejé en buenas manos, en las mejores. Y me mandaba fotos tuyas y vídeos para que el ánimo no se me agitase demasiado, para que te viera mientras yo estaba en otro sitio.
Para nosotros eras uno más. Siempre lo fuiste.
Seguro que ahora estarías echándome del sofá o dándome besos, dejándome que te abrazase, me relajaba estar a tu lado acariciándote y a ti te encantaba. Te decía cosas como, ¿porqué eres tan bonito? y tu ladrabas como queriendo contestar...yo reía y daba por hecho que lo hacías. Eras especial.
Me dejas tantos momentos inolvidables...No habrá otro como tú, ¿lo sabes verdad?, a lo mejor ni siquiera hay otro porque este dolor que siento es tan grande...que no sé si quiero volver a sentirlo de nuevo...
Mi único consuelo es saber que fuiste feliz, fuerte y luchador. Que conseguías hacerme sonreír todos los días. Todos los días.
Fuiste feliz Pipo. Y yo también.
Te quise desde el primer momento en el que te vi y siempre te querré. Estás tatuado en mi piel, pero también estás tatuado en mi alma y mi corazón.
(Y ambas situaciones son literales).
Te quiero...
R.
25-02-21