Muchas personas dicen que con el tiempo las cosas se olvidan.
Yo no puedo olvidarme de que hoy habría sido tu cumpleaños. Con el tiempo las cosas duelen menos, dicen. No, con el tiempo aprendes a vivir con el dolor, pero no significa que deje de doler.
A veces, cuando te echo mucho de menos, me pregunto cómo sería la vida si estuvieras aquí. ¿Habría cometido los mismos errores?. ¿Te habría hecho caso cuando me hubieses dicho, "hija la vas a cagar"?, seguramente no.
¿Sabes que ya se pueden comprar estrellas?, sí, se puede. Al final me quedé sin la estrella que te pedí y sin ti.
Hoy en casa hacemos como que no sabemos el día que es, debemos pensar que si no lo decimos no está pasando, que no es tu cumpleaños. Yo pongo fotos de los dos porque aparte de los recuerdos, es lo único que me queda de ti. Hoy no voy a sacar tu botella de perfume para olerla, porque sigue conservando ese olor. Hoy no puedo.
Siempre pensé que conforme me fuese haciendo mayor podría ganarle la partida al dolor, a la ausencia y qué va...al contrario. Tu ausencia me aplasta cada año más. Envidio a todas esas personas que tienen a sus padres al lado. ¿Suena mal?, ¿qué voy a decir?...no lo siento. Me dan envidia.
No puedo escribir. Las lágrimas no me dejan. Me duele.
Nos enseñaste a ser fuertes y a veces es agotador, así que de vez en cuando, me dejo llevar por las lágrimas aunque nadie me cuide. Me cuido yo, ya estoy acostumbrada. Me acostumbre cuando te fuiste, aunque uno nunca llega a acostumbrarse ¿verdad?.
Te quiero. Te echo de menos.
Nunca te lo dije y ahora no sé decirlo porque cuando lo digo tengo miedo.
Qué ignorante ¿verdad?, pensé que siempre estarías y que te lo podría decir en cualquier momento. Qué revés de la vida...ahora da igual cuánto te lo diga porque no estás para escucharlo. Aunque yo miro al cielo y te lo digo. Es lo único que me queda, pensar que de algún modo me escuchas. Es la fantasía que quise creerme cuando te fuiste. Necesitaba creerla. ¿Lo entiendes verdad?. Ahora estás con la estrella que te pedía que me comprases.
No puedo escribirte más. Estoy llorando ya demasiado y se me están poniendo los ojos más verdes que marrones. Verdes como los tuyos. Lo siento, no puedo seguir.
Sólo quería que supieras que aunque no lo digamos, los tres sabemos el día que es hoy. No hablaremos de ello, porque como yo digo, si no lo dices no está pasando. Pero sabemos el día que es.
No te olvidamos.
¿Mi mayor tesoro?, parecerme cada día más a ti aunque no lo estés viendo. Pero yo seguiré pensando que sí. Es mi propia fantasía, cada uno tiene la suya ¿no?.
Feliz cumpleaños papá, te quiero.