viernes, 22 de mayo de 2015

Nota mental...

   Estaba pensando que...lo que más me gusta de ti...eres tú.




Ilustración, Jordi Labanda.
(22-05-15)

jueves, 21 de mayo de 2015

El drama del coche...

   Señores, ya saben que no me gusta quejarme...
Pero es q...perdonen, no me gusta quejarme. Pero...es que todo a de pasarme a mí?!!!.
   Señores, ha pasado.
Yo no quería pero ha pasado. He rayado el coche.
Y ustedes dirán, nadie quiere que le pase pase eso a su coche... Juuum, ya...pero yo soy muy sensible y me duele. Me duele más.
Y no ha sido mi primera vez. Porque las posteriores duele, pero la primera duele mucho.
   Siiiii, yo me acuerdo porque me acuerdo de muchas cosas y porque la primera vez no se olvida.
Fue en un garaje. Pequeño. Del centro. El garaje del triangulito.
Y fue un día de estos que empiezan mal y que sabes que van a acabar peor. Lo percibes.
Empezando porque yo no quería ir al centro en coche y menos al parking del triangulito. Era un binomio nada atractivo.
Hice la cola, porque como todas las personas de mi ciudad saben, para entrar en ese garaje hay que hacerla, una vez dentro, como todas las personas que me conocen saben, me puse nerviosa, entré por un sitio que no era, como es normal en mí perdiéndome en todas partes...tuve que salir mientras me indicaba un señor, no sé si de mantenimiento o de qué era...y entré en el parking.
   Y cuando uno entra a esos sitios, que los ha creado un...tsss no sé, un arquitecto sin titulación o un niño jugando al Lego...nunca encuentra dónde dejar su coche. Bueno, rectifico. Los demás encuentran sitio. Yo no. En ese garaje no...como odio ese garaje.
Ahí estaba, buscando nerviosamente dónde dejar mi coche. Allí estaba mi acompañante, buscando sacarme de mis casillas diciendo "ahí hay un sitio, ay ya te lo han quitado..., allí hay otro, corre".
Corre.
Pero qué voy a correr?, si estoy en un garaje...
Y lo mismo, "ay mira otro...aaay ya te lo han quitado eh?"...tú no dices nada y vuelve..."eeeh?"...no sé, pues ahora le damos un premio al señor por haber podido aparcar...
   Y entonces pasa. Encuentras un sitio, metes el coche y tu acompañante no puede salir.
(Observarán que no soy yo la que crea los problemas no?, que son los otros). Si no puedes bajar, sal por mi puerta o no bajes y espera...es que lo queremos todo...
Como no puede salir, has de volver a entrar en el coche, hacer marcha atrás...dejar sitio para que...ggggggggg....
Y entonces pasa.
Inmediatamente uno da un grito y mira hacia atrás. Y ahí está la columna, saludando con la mano. En ese momento te quedas muy parado, como si eso lo solucionase todo, miras a tu acompañante para verificar que él también ha oído el rascón, tú que ya eres una mezcla de nervios, de "y ahora qué hago?", de impotencia, en ese preciso momento, es cuando tu acompañante te hace la gran pregunta...
   "Te has rascado el coche?".
Y tú has de NO perder los nervios. Pero claro...qué quieren que les diga?...si es difícil para una persona normal, cuando se es aries, es imposible.
Entonces contestas muy tranquilamente, sin perder los nervios, algo así como...
   "Nooooo...jaja...es que al quitar la radio he querido hacer música con el coche..."...


Es en ese momento cuando te dicen algo tipo que no se te puede decir nada o no tienes sentido del humor. Y yo digo algo, si yo no tengo sentido del humor, la otra persona no tiene sentido común. Porque esas cosas no se preguntan.
Bajas para comprobar los daños, miras el rascón, le pasas la mano acariciándolo mientras dices, no pasa nada, no pasa nada...y la otra persona, lo sé, lo sé, sólo ha sido un rasconcito...y tú la miras entrecerrando los ojos y diciendo entre dientes...se lo digo al coche...
   Una vez sucede eso, el resto del día no puede funcionar mejor. Y así me ocurrió señores, fui a comprar una cosa y al pagar la tarjeta no funcionaba. Y yo en mi propio drama y con un hilo de voz le pregunté al dependiente el porqué de ese contratiempo y el chico, "la banda está rayada".
Señores, me vine abajo. Fui débil. Y mirándolo con los ojos llorosos sólo pude decir, "la tarjeta también?...es que acabo de rayar el cocheee...".
Odio rayar el coche señores y odio hacer este tipo de cosas en público pero a veces la situación te sobrepasa y pasa.
Y el dependiente que en su desconcierto controlado me miraba mientras me decía "nooo, no pasa nada...esas cosas pasan, no te preocupes" y yo que ya había dado rienda suelta a mi propio drama..."es que la primera vez". Al instante se unió la chica que tenía a mi lado con un "uy tranquila, yo rayé el mío a la semana...".
Y así no señores. Porque mi drama es mi drama y mi coche mi coche y si tú has rayado tu coche a la semana me da igual, estoy apenada por el mío.
Lo ven?, todo son problemas. Al final me marché de la tienda algo más reconfortada y con menos dinero porque tuve que pagar en metálico...pero bueno, el chico amable me ayudó. (No como mi acompañante, que sólo se limitó a poner cara de "por el amor de dios sólo es un coche". Sí...ahora te rayo yo el Audi a ver si sólo es un coche...)...
   Y es que los acompañantes en ocasiones quieren ayudar y no lo consiguen. De hecho lo único que consiguen es ponerte más nervioso todavía.
Yo es que hay algunos que los amordazaría. Y de paso les ataba las muñecas con un pañuelo para que no se pudieran mover y...(            )
   Y lo que decía, que los acompañantes en ocasiones quieren ayudar y lo estropean. Y eso nos lleva a lo que me pasó la semana pasada.
Estoy en mi garaje, voy a aparcar y qué paso?, pues se lo digo.
   La persona que estaba a mi lado queriendo dirigir.
Y digo yo algo...si no me he perdido, no me dirijas. Y si quieres conducir coge tu coche.
El resultado?, se lo pueden imaginar...
Una sucesión de..."por ahí, por ahí", "por ahí no es", "tira por ahí que sí que es", "no veo la columna, voy bien?"...y paaam.
   Y de nuevo una tiene que vestirse con el traje de la paciencia y mirar a su acompañante que muy sabiamente está mirando hacia el frente y no dice nada.
Y ya me conocen, yo me quedé mirando en su dirección muy seria hasta que tuvo que mirarme. Entonces levante y bajé las cejas como diciendo..."y ahora qué?". Y no dije nada más.
No dije nada más hasta que se le ocurrió hablar.
Con lo bien que estábamos todos en silencio...pero no...tuvo que decir, "quieres que baje a ver si te has hecho mucho?".
Si te has hecho mucho?...Yo miraba a su lado y no decía nada. Y no sé ustedes, pero yo crecí en una casa en la que cuando no decían nada, era mucho peor que cuando decían.
(Si doy marcha atrás y le piso un pie podría alegar defensa propia en el juicio?)...
   Pero una se reviste de nuevo de paciencia y se autoconvence de que no pasa nada, que sólo hay que hacer marcha atrás, tomar mejor la curva y salir de ahí para poder valorar los daños.
Voy a dar marcha atrás y...gggggggggg...otra vez.
Estaba tan pegada a la columna que obviamente se había movido porque la otra persona no la había visto mientras indicaba a alguien que no era yo, que al querer moverme ocurrió de nuevo.
Una cosa les digo...qué suerte tienen algunas personas de que no tenga el martillo de Thor...
Y otra vez más de lo mismo, otra vez bajar del coche una vez se ha aparcado y mirar tristemente al lado dañado, mientras acariciándolo le digo, "no pasa nada, no pasa nada..."...
   "Tú ves normal indicar así Paco?...os lo vais a quedar muchos días?"...
Y Paco resopla mientras se coge la cabeza..."no sabría decirte, tiene mucho?...es que si no lo entras al garaje..."...y yo, "pero...y el chico que entra los coches?"...y viendo la cara de Paco entiendo que he de hacerlo yo...
"Eeeeeh...voy!!!".





Ilustración, Jordi Labanda 
Fotograma, The big bang theory
(17-05-15)