Tengo que decirles que vi la película sabiendo lo que iba a pasar...
Sí,sí...para que luego digan que soy "la reina del drama", pero como verán, tooodo me pasa a mi. Hacía poco que habían estrenado la adaptación al cine, de mi serie favorita, iba a verla con mis amigas...y entonces ocurrió...
Me encontraba trabajando con Y y unas niñas llegaron a parlotear sobre la película, delante de nuestro corner..., "bla,bla,bla,bla...y total...para que luego...", paaaaam...(música de tragedia), sí. Una lo dijo. Miré a mi compañera con ojos de demente, planteándome seriamente dejar de atender a la señora que vino a comprar y tirar a las niñas por las escaleras.
Pero claro...ustedes se imaginan?..., luego me hubiese tocado explicárselo a mi jefe. Y claro, él, que lo hubiese entendido perfectamente, me hubiese hecho contárselo a mi otro jefe...y este no lo hubiese entendido...puedo imaginarlo..."Que has hecho, qué?..." y pondría los ojos en blanco preguntándose qué tipo de plantilla tenía contratada...en fin...
A que ustedes me comprenden?, yo no digo nada, pero con lo grande que era la planta....tenían que venir a nuestro trocito?...
Mi opinión sobre la película no es objetiva,...a mi la serie me encantaba, así que por extensión, la película también.
Todo comienza como una "continuación" del último capitulo, un breve resumen para introducirnos en la historia...tres años después...y la compra de un apartamento...(Y es aquí donde en mi mente resuena la voz de mi amigo N diciendo, "no refleja la realidad").
Exactamente, no la refleja, porque un ático de esas magnitudes no puede existir. Que la terraza tiene un estanque!!!, un estanque!!!...(Bueno, si yo quiero creer que no puede existir, déjenme con mi mentira que me hace feliz no?).Como todo no puede ser perfecto, aparece el "pero", un armario pequeño, que, claro, la protagonista encuentra inaceptable, (no sé de qué se queja, el mio es más pequeño todavía, es tan pequeño que no podría ni esconderse un amante...por no hablar de lo arrugada que me dejaría la ropa...y eso sí que sería un gran drama...).
Así que su amado Big, (el suyo, el mio, el de ustedes), con la tranquilidad a la que acostumbra, le promete un armario más grande...(y cumple la promesa y todo, ves?...licencia de la que escribe, disculpen, no he podido evitarlo, no es por ustedes, es por...en fin....)...
Y sucede, todas las mujeres con los ojos como platos, con la mandíbula desencajada, ante el nuevo armario, que es una casa dentro de la casa. Con puertas de cristal y donde los zapatos se exponen...(ay...qué felices serían mis zapatos en un armario así...)...
...ay...y yo también, que no es que necesite uno así para ser feliz...pero siempre he querido poder correr y dar saltos dentro de un armario...(ven como el tamaño sí importa?)...aaaaaiiiiiinnnnssss...
La película va transcurriendo en torno a la preparación de una celebración muy especial...y, permítanme otra licencia, un vestido de Lanvin muy particular...
Momentos que nos roban una sonrisa...("tu haces que me sienta feliz","dámelo por escrito"), en ocasiones una lágrima, que nos hacen reír...("nunca he creído en el matrimonio, el botox en cambio siempre da resultado"), que nos transportan, tal vez, al recuerdo de nuestro "alguien especial", de "nuestro propio Mr. Big"...escena encantadora, esa del dormitorio y la lectura de las "Cartas de amor de hombres ilustres"...
"Sólo puedo pensar en ti, mi amor inmortal...,...siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestros.".
Y cuando una no puede adorar más a Big, llega el drama. Más que drama, dramón.
Drama previsible por otro lado, claro. Porque siempre pasa...es lo que tienen los "hombres malos"...esos que tienen ese "algo" que no podemos obviar. Esos Big's que todas tenemos o hemos tenido en nuestras vidas, aquellos que hagan lo que hagan...siempre están.
No me digan que soy la única que tiene uno así en su vida?...vaya por Dior...en serio?, no tuvieron o tienen uno así?...aaaaah, ya decía yo...
Al mio, que también huele a Fahrenheit, le viene el sobrenombre porque, como ya les dije una vez, su comportamiento se asemeja bastante al hombre de pijama turquesa arriba acostado. Me voy y vengo, me voy pero volveré, ya he venido pero no puedo quedarme...eres MI única, pero debo volver a irme...en fin...
Tras una luna de miel, sin miel, las cuatro protagonistas vuelven a la "vida real", la suya digo, esa que está acompañada de "Prada's, Armani's y Dior'es"...no como la nuestra...que me reitero en que no iba a ser más feliz tras un desengaño, con un bolsazo de Prada, pero quieran que no, llorar en La Toscana...no es lo mismo que llorar en mi sofá.
Pasado un tiempo, la vida que siempre parece acabar, continúa para nuestra protagonista, ayudada eso sí, por una encantadora a la par que eficiente ayudante...
Pero claro, como todo sueño cinematográfico...nuestro "hombretón", (como Samantha lo llama), nos enseña que en el cine, una vez más, el amor lo puede todo.
Y que esas cartas de hombres ilustres, copiadas una a una, dan paso a la más importante, la suya..."Lo sé, la jodí. Pero te querré siempre" . Y tooooodas derretidas por esas dos frases...bueno, quien dice todas dice algunas, no quiero generalizar... Y renace un amor que jamás había muerto...(Qué bonito es el cine).
Tras un grito llamando a un taxi...(ustedes se imaginan llamar aquí en España a un taxi de esa manera?,vamos, no le paran a una por loca)...nuestra protagonista se va a por el par de zapatos que dejó en aquél sueño de armario y claro...quién va a estar ahí sino ÉL?...
A estas alturas, como bien he dicho antes, cada una de nosotras está ya a los pies de los encantos encantadores de Mr. Big, que cual príncipe azul, coloca en el pie de su princesa, el famoso zapato, que no es de cristal precisamente...
cerrando así, "el trato".
Y así, con la lagrimilla asomando a las espectadoras, esta "Cenicienta" moderna, escucha aquello de..."Carrie, amor de mi vida..."...mientras el resto del mundo, se deja llevar una vez más por los sueños...que a veces, se hacen realidad.
(28.09.12)